martes, 27 de octubre de 2015

LA LUZ EN LA MEDITACIÓN *

   El alba despunta en la noche, lenta e inexorablemente, pero sin grandes ni complicados esfuerzos. Cualquier resistencia al amanecer es tarea inútil, al igual que querer acelerar la aparición del sol del mediodía también lo es... permanece confiado y calmo en la alborada y, sin duda, la luz incrementará su fulgor de manera natural. De igual manera, no oponerse al inevitable ocaso de la jornada reposando confiado y calmo en la quietud de la anochecida, bajo el tenue titilar de la miríada de estrellas, conociendo la certera arribada de la aurora, mantiene la llama viva encendida perennemente en el corazón del meditador. 

   Inclúyelo todo y a la vez suéltalo. No temas. Sé constante en la autocontemplación honesta del contemplador del mundo. No quieras mantener lo inmantenible. Arde en el fuego de la Verdad y conviértete en ingrávido humo; aceptar no ser te lleva a lo que es verdadero. Condensarse al querer ser lo pasajero conduce, prontamente, a la perdición del sufrimiento. Comprender, en esencia, lo antedicho es Luz de luces, un perpetuo sol de mediodía imposibilitando toda sombra en el ánimo, una claridad que trasciende cualquier oscuridad, una calma interior y un íntimo fulgor desidentificadores de toda transitoriedad, un estar despierto en medio de ensoñaciones, una feliz inmediatez abrazadora de tiempos y espacios, un estar en el mundo sin ser del mundo, una alegría que no se tambalea por el temporal llanto, una constancia inmanente y trascendente a la perceptiva inconstancia, un samsara ya es nirvana, una unicidad consumadora de destinos, un siempre es aunque parezca no ser. Un ni alto ni hondo, ni lejano ni próximo, ni mucho ni escaso, ni grande ni menudo, ni inteligente ni torpe, ni lindo ni grotesco, ni joven ni anciano, ni nacimiento ni muerte... esto es Eso... los opuestos son impotentes ante el inefable poder de Eso (Dios, Brhaman, Atman, Nirvana, Alá. Tao...) que vence, sencillamente, porque no conoce la lucha; permaneciendo inmutable y eterno, al no saber de derrotados o ganadores, sino que todos aquellos aspectos de Su Mente que sueñan sentirse separados, y enfrentados por agotadoras batallas, hallan plenitud en Su Ilimitud: Sat-Chit-Ananda (Ser-Conciencia-Bienaventuranza).

   La Luz de luces no conoce sombras pues es recto pensar, directo permanecer e infinito acoger. Todo pasa menos aquello que no quiere ser más, aquello que no busca añadirse ni engrandecerse con pequeñeces. Cualquier acumular produce sombras. Suelta todo apego o rechazo... desopácate trasparentando tu desear u odiar, hasta que el anhelar o repeler no interfiera con la luz del instante presente. Interioriza. No tengas prisa; más, tampoco te demores. Ahonda. El que se entrega perdura en/por Eso, el que retiene acaba perdiéndose en su fragmentada ilusoriedad. Quédate aquí y ahora... medita... de improviso: la Luz.

KHAAM-EL



Permanece sosegado, calmo, tranquilo, sereno, en paz... 
medita...
despierta...
SÉ.





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