martes, 17 de mayo de 2016

SÉ UN MINERO EN TU ALMA

    Mira tu mirar profundizando en lo infinito... te elevarás por encima de cualquier externa circunstancia. En el cogollo está el perenne hálito de vida. Sé un minero en tu mente y busca, en ella, las razones de tu angustia y temor; ya no más afuera. Céntrate en lo abisal, en ese borde perceptivo que te muestra un precipicio de vertiginoso equilibrio; en esa brecha separativa de juicios que hiere tu ánimo a la mínima de cambio. Mira de frente aquello que te ocultas a ti mismo de ti mismo. Todo, todos, incluido tú, te empuja a ello, para que reencuentres lo que piensas perdido. Asume la responsabilidad de tu vida y entrega todas tus excusas, todas tus pretensiones, cualquier justificación. Desentierra todo lo sobrante para que puedas hallar el tesoro de la plenitud ahí, en tu entraña más recóndita, donde lo dejaste antes del tiempo y lo personal. En lo más oscuro, en lo más oculto de tu pavor, está toda la luz, todo el Amor. Encuentra la libertad de ser sin tapujos ni mentiras, sin expectativas ni lamentos, en el momento presente, aquí y ahora; aunque hallarla te parezca arduo e intenso, y te hagas viejo en esa búsqueda. Si el propósito es firme y la paciencia constante, al final -esa anhelada libertad de ser- es encontrada. No desfallezcas atendiendo los consejos de las dudas y el miedo. El tiempo nunca será un enemigo si no lo idolatras; por tanto, no te establezcas en él. Pon tu confianza, toda, en lo inmaterial y eterno, en el espíritu y no en la carne. La fe trae el Amor; fingir tenerlo, cuando no se siente, lo ahuyenta e imposibilita. No quieras aparecer como se supone y abandona toda suposición, no te conformes con opiniones y creencias adquiridas; únicamente en la experiencia viva hallas descanso y sentido. Sé honesto y confía, paso a paso se anda el camino. Adéntrate en el interior de tu alma para buscar ese corazón puro, feliz, lleno de Amor y Eterna Vida, ese corazón de oro, esa luz interior que en tu más intima entraña palpita rebosante de paz y dicha. Camina por el filo del instante con mente abierta y corazón enamorado de Amar. Ama a quien tengas cerca, sea quien sea, y regocíjate, con él, cuando, en su libertad esencial, esperanzado vuele a lo infinito adentándose en su interior, en el templo de su silencio mental, para reencontrarse, en el altar santo que en su alma mora, con esa plenitud largo tiempo anhelada. 

   En lo más hondo: lo elevado. En lo más íntimo: lo universal. En lo más sutil: lo consistente. En lo más recogido: Dios. No temas. Él mora en ti y en todos... Invita a compartir lo que todos tenemos y, sin duda, todos ganamos... Sé feliz, sencillamente dando felicidad. Sé libre, simplemente, dando libertad. Sé Amor incondicional, pues es dando Amor como lo recibes sin límite en un constante flujo de bendiciones.... Sé, recordándole a todos nuestro Ser. Ese corazón de oro -que tanto anhelas- es, de cierto, el corazón de la humanidad; es el alma de tu prójimo indivisible de la tuya; es el tesoro de la eterna pureza que compartimos eternamente; es la llama de Amor que arde feliz con todas las llamas de Amor en el inextinguible fuego de la Verdad. Vive. No temas hacerte viejo, ni desfallezcas por la enfermedad o los duros embates de la adversidad, la muerte es impotente ante la vida infinita que en esencia eres, que en verdad somos.

KHAAM-EL




Aunque te sientas envejecer, no pares la búsqueda interior de tu corazón de oro.
La música del alma sonará finalmente rebosante de plenitud y Amor, de eternidad y Vida.
Con paciencia infinita persevera... vale la pena reencontrar la liberad de Ser.

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