lunes, 29 de mayo de 2017

MUÉVETE EN TU MENTE CON CORAZÓN *

   Mira a tu alrededor con sosiego y no prejuzgues nada, Míralo todo con aquiescente humildad y no te arrogues un saber que sólo es presunción. Contempla el mundo desde el silencio de la mente para poder escuchar la voz pura del corazón que comprende todo con su infinito Amor e ilumina lo contemplado con la visión omnisciente de la plenitud de la Divina Unicidad que mora, y te espera, en lo más profundo del alma. Los separativos muros de la percepción aprisionan de tal manera que ciertamente estrecho es el camino que conduce a la Verdad. Vivir encajonado por pensamientos y conceptos que tu mente egoica elabora para defender su singularidad, como si de montañas de ladrillos se tratase, en lugar de liberar, ahoga y aplasta.

   Sé consciente de la amplitud de la consciencia y no te detengas en medio de interpretaciones, sopesamientos, creencias e indecisiones... únicamente avanzar hacia adelante, hacia la luz, tiene verdadero sentido, porque pararse a mitad del camino es instalarse en la incómoda reducción de percibir y experimentar cualquier ámbito como algo limitativo, rígido, reiterativo, opresivo y banal en su amurallada superficialidad.

   Muévete en tu mente con corazón, despacio pero sin pausa, camina sin indolencia, en dirección a la luz clara de la paz mental. Nada en el mundo tiene realmente valor en su impermanencia. No quieras, por tanto, permanecer en lo que irremediablemente se desvanece acatando sus pétreas leyes de desarrollo, deterioro y muerte. Abre los ojos del alma y dirígete a la salida que el corazón te ofrece. No te retrases más con circulares búsquedas en ninguna parte.


   Sé Camino, Verdad y Vida en la vastedad insospechada de la Consciencia, sabiendo que ya no hay marcha atrás, que lo pasado es como el humo disolviéndose para siempre en la atmósfera... Aceptando en paz que la senda transitada no puede volverse a pisar, porque en la forma y sus circunstancias todo cambia y pasa... en la carne, sin duda, lo nuestro, sencillamente, es pasar... pasar amando, enjugando las lágrimas con esperanza al compartir, con todo aquel que en nuestro camino se cruce, la dicha de ofrecer lo más puro de uno de todo corazón. En ese íntimo encuentro interior, que se expande hacia todo y a todos, ya no puedes extraviarte. Tu caminar es firme y certero hasta el día de dejar finalmente el cuerpo -esa cáscara que cumplió su función- en cualquier rincón del espacio/tiempo para, de súbito, toparse con la eternidad y su inmaterial esencia viva.

   Muévete, pues, en tu mente con corazón, con paciencia infinita, camina sin retardo para que el Amor, en su ilimitada amplitud, te colme de nuevo en la eterna bienaventuranza del Cielo. Nada que no sea eterno y pleno tiene validez y substancia. No pretendas, en consecuencia, acaparar lo que pasa; despréndete de todo eso, y... la paz y la dicha de Ser rebosarán, por siempre, en tu espíritu inmortal. 

KHAAM-EL




Camina humildemente la senda de lo efímero
compartiendo lo esencial,
para, por tu andar valiente y fraterno, permitir que la eternidad
te devuelva a tu verdadero Hogar
en la Plenitud del Amor de la Divina Unicidad.

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