A continuación, adjunto el audio de una charla en la que incido en la ilusoriedad de pretender prever los acontecimientos, según unos planes surgidos de un impulso personal en constante ansia de satisfacción futura, y que siempre acarrea desasosiego en el presente.
Por mucho que, desde su perspectiva personal, uno piense que está sucediendo lo previsto, realmente está sucediendo lo imprevisto. En verdad, no hay nada que pueda preverse completamente y, por lo tanto, al ser incompleto no satisface ninguna expectativa presupuesta. En definitiva, en este mundo, no hay ninguna planificación que a ciencia cierta pueda garantizar el resultado deseado. Por eso, buscar seguridad en lo incierto sólo agrava la sensación de inseguridad.
Visto lo antedicho la única solución a semejante entuerto es confiar en el desarrollo natural de una consciencia consciente de sí misma, aquí y ahora, sin las proyecciones personales en el tiempo y el espacio, manteniéndose en perfecta paz más allá de las circunstancias percibidas, y, aún en medio del conflicto más horrendo u opresivo, permanecer ecuánime y no tomar partido por ninguno de los argumentos divisores que se pelean entre sí. Ahí, en el perdón de lo fragmentario, el milagro que trasciende todos los aspectos que oscilan en sus imprevistas previsiones, corrige, a la luz de la plenitud del Ser, todas las distorsiones egoístas que pretendían prever un destino a la medida de unos sueños que siempre acababan de improviso en pesadillas.
En consecuencia, despertar de lo ilusorio trasforma y libera del ansia de planificar... trayendo, nuevamente y de inmediato, felicidad y confianza, paz mental, amor, libertad y consciencia de eternidad en el espíritu.
KHAAM-EL
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