Lejos del alma se halla la Verdad
cuando acata el mandato del deseo,
de la codicia, del miedo o la cólera.
Semillas éstas del hipnótico árbol
de las apariencias vanas y el duelo...
Cuyo fruto muy amargo es la creencia
en que todo pesar es siempre real,
mientras su savia es tóxico alimento
que sume al alma en trágica inconsciencia.
El Hijo de Dios cae en un triste sueño,
y su eterna condición se disipa
entre brumas de dualidad y muerte...
Su espíritu se cree en el destierro
y el viento frío de la ausencia siente.
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Sin embargo palpita audaz la gracia
en lo más íntimo, en lo más secreto,
en lo más puro y sagrado del alma...
Palpita exultante de Amor y Verbo
esperando otorgar su luz innata
a todo aquel peregrino sincero
que tras fraternal y paciente paso
con fe su misericordia reclame,
humilde y seguro de ser amado.
KHAAM-EL
Abandona los deseos personales y el miedo que los gesta
retornando al Amor universal que nos bendice y sustenta eternamente
en la plenitud de la Divina Unicidad.
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