A continuación de este escrito adjunto el audio de una charla en la que recalco lo importante que es para poder serle de ayuda al prójimo haberse ayudado uno antes y verse completamente libre de toda justificación a la pequeñez, el miedo, la culpa y el sufrimiento como algo natural e ineludible.
No hay otra manera, lo primero que uno ha de realizar para poder ser de ayuda es ayudarse a uno mismo limpiando su propia mente de todo pensamiento egoico; es decir, liberarse de toda justificación al lamento y la furia personal por no conseguir el cumplimiento de los deseos según surgen al capricho en la mente. Por eso, uno ha de vigilar el propósito último de sus pensamientos y hacer una limpieza de todos aquéllos que no provengan de la paz de espíritu. Una vez hecha esta limpieza con honesta constancia, te habrás sanado del funesto influjo del ponzoñoso sistema de pensamiento egoico, y, ahora sí, podrás serle de ayuda a tu prójimo; pues, como bien nos dijo el Cristo en Jesús, primero hay que quitar la viga del propio ojo para poder extraer la paja del ojo ajeno.
Así que te invito a poner una atención plena al contenido de tu mente respecto a todo lo que parece estar influyendo en ella, y sanearla de todos los pensamientos de infelicidad o sufrimiento que la torturan, al comprender -en esencia- que toda agitación interna, que con disimulado cálculo pretenda justificarse proyectándose afuera, es un tremendo error perceptivo. Y, al no juzgar ni acusar de forma interesadamente personal a los demás, te liberas de esa auto-condena camuflada que buscaba inútilmente aliviarse condenando a los demás. Y, de repente, inesperada y milagrosamente, en la imediatez de un presente libre de culpa, la plenitud del ser es recobrada en la consciencia.
KHAAM-EL
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