domingo, 10 de noviembre de 2019

EN DIOS LA SOLEDAD ES IMPOSIBLE



"Que el Señor haga y deshaga 
y yo feliz hasta la muerte." 

Madre Mará Josefa del Corazón de Jesús





   Desalienta al desaliento depositando toda tu fe en Dios, puesto que de la confianza total en Dios mana la más amable y amorosa dicha, que discurre abundante desde el corazón solícito hacia el agostado y fatigado prójimo, sediento en verdad de Dios  y extraviado entre las arideces de un mundo injusto, terrible e impío. Mas, tras la situaciones más angustiosas, si con paciencia y humildad son contempladas, encuentras una bendición que da un giro insospechado a toda la historia de dolor que te contabas desde lo personal, agraviado y temeroso. Comprende, acepta y agradece, pues, de una vez por todas, que de lo incómodo e incomprensible surge, las más de las veces, la posibilidad real de un encuentro interior con la infinitud del Ser (Dios en nosotros); mientras que de lo cómodo y evasivo, con avidez, se alimenta al ego dejándonos el ánimo devastado y famélico con sus recelosas quejas de culpabilizador juicio.

   Desanima al desánimo confiando sin reservas en Dios y abunda en la fe, sin demora... Los ángeles de Dios revolotean a tu alrededor, atentos a la disposición de tu corazón, para prestarte la ayuda que precisas en cualquier situación o momento, ellos son los Pensamientos Puros de Dios entre los que tú también te encuentras (aunque lo niegues con la sesgadora e inútil identificación con el cuerpo), y que, aquí y ahora, siempre, facilitan tu destino de consumación en Dios, si les prestas oído y cumplimiento, puesto que son poderosos compañeros de camino; no los subestimes porque, a bote pronto, sólo escuches el fragor de tus propios pensamientos. Quédate muy sosegado, atendiendo a lo íntimo, reclamando lo que Dios disponga para ti... y ... la paz mental se aposentará en tu ánimo para traerte la inefable paz de Dios que te hará feliz, incluso en la infelicidad de un mundo cruel e ignorante. Lánzate sin miedo a la vida, allende las razones o sinrazones que imagines o creas; deja que la corriente te lleve de vuelta a tu Hogar en el Cielo. Te irá bien, seguro, si confías y Amas.

   Fatiga a la fatiga con confianza inquebrantable en Dios y, cuando por las sacudidas inesperadas del mundano infortunio te sientas triste y desolado, perdido, solo y confuso, desesperado o airado, ora, mira a lo Alto y comprende que la decrepitud y la vejez suceden a la lozanía y la juventud, pero que -tras aquéllas- la plenitud y la eternidad del perfecto e inmarcesible Amor de Dios, siempre aguardan a quien vive con humildad, esperanza y caridad. Lleno de fe, por tanto, vive durante lo transitorio, dejando a los milagros iluminar tu senda mientras aprendes a desplegar las alas que te alzarán, gracias a los Pensamientos Puros de Dios, hasta la salvación y la infinitud; que, como una bella y gozosa alborada del alma y no la densa tiniebla de lo condenatorio, como una dulce y sentida canción de Amor Infinito y no el desconsolado llanto del miedo, te colmarán el Alma... No lo dudes, ten fe; con devoción y gratitud sigue creyendo en el Amor, aun cuando éste parece que ha desaparecido -e incluso muerto-. Sí, confía y ábrete al milagro... la muerte, como tal, no existe; es un deshacimiento de lo efímero, de la caduca revestidura carnal, que no es nuestro ser genuino... todo ese Amor, que de verás has compartido en este mundo, permanece para siempre (Hágase -Dios- Tú Voluntad así en la tierra como en el Cielo). ¡Aleluya! ¡Bendiciones! Sí, eres bendecido siempre que bendices... dar y recibir son en verdad lo mismo. La vida en Dios se plenifica tras la labor cumplida en este tránsito de cuerpos y tiempos personales (estad en el mundo sin ser del mundo). No sucumbas, pues, al desánimo, escucha los Pensamientos Puros de Dios, haz lo que debes, y retorna al Amor junto con todos los ángeles de Dios que despertaron del doloroso sueño de un mundo agónico y moribundo.

KHAAM-EL



Quien confía en Dios, Ama. 
Y quien Ama, nunca se sentirá solo
aunque las circunstancias del mundo a ello le tienten. 
No temas, ten fe
y asciende la montaña sagrada de la Verdad y la Luz...
Los ángeles de Dios nos acompañan.




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