martes, 26 de noviembre de 2019

INFINITA BIENAVENTURANZA

  No te segregues intentando juntar aparentes partes separadas y despierta del malicioso sueño del ego atestiguando la indivisa e infinita comunión esencial de todo lo existente. Estate, pues, unido en consciencia ante lo divisor y la angustia y el miedo desaparecerán de tu vida. Quédate en calma. Sosegado. Sereno. Aquietado. Deja que todo salga afuera para que, vacío de interpretaciones egoicas, vivas sin miedo. No estás atrapado en el mundo, antes bien es el mundo quien se encuentra en tu mirada, Contémplalo desde la consciencia consciente de ser consciencia y verás allende lo aparente. Observa la observancia misma. No luches contra ilusiones ni te pliegues tampoco a su hipnótico influjo. No sucumbas a la seducción del personal elucubrar o lo diabólico (lo divisor y enemistador) te hará creer que es divino, arrastrándote al sufrimiento, el conflicto y la desesperación. Sencillamente ni lo ataques ni huyas, déjalo disolverse por completo hasta que sólo quede la pureza. Sigue la paz de espíritu y no habrá obstáculo que pueda impedirte tu encuentro con Dios, tú verdadero, primer y único, Amor. Repito: Quédate en calma. Sosegado. Sereno. Aquietado y, ya está, el resto viene por su natural... Él te halla donde te encuentres si así realmente lo quieres. Ves, no hay nada más sencillo que confiar en la Providencia y permitir que Ella nos dirija de vuelta al Amor. Todo te será puesto para que sueltes el mundo y elijas el Cielo y Su infinita Bienaventuranza ¡Así de sencillo es despertar de la pesadilla del ego! ¡Espabila! Indaga de inmediato en lo inmediato. No te duermas y comparte el despertar... en lo sustancial nadie está realmente separado de nadie... tú despertar es el de tu prójimo y el de tu prójimo el tuyo.

   No te agarres a lo finito y la infinita Luz del Amor de Dios brillará nuevamente en tu vida. Persevera en lo esencial. No escapes con furibundas justificaciones personales de la sencillez del alma, de su inocencia, bendición e impecabilidad. Simple y fácil: no hay complicación posible ni separación alguna de lo pleno donde está Dios, y, ten bien presente, todo lo que percibes es ilusorio en su impermanencia, más su esencia sucede y resplandece siempre en Él. Interioriza e integra toda percepción sin prejuicios, perdona y bendice... Ahonda en lo imperturbable... Sólo hay Dios, cualquier separación de Su Divina Unicidad no es más que nada pareciendo algo durante un breve lapso. Profundiza y aclara...  únicamente es auténtico lo eterno, santo e inefable, y en esto último se halla la infinita bienaventuranza del despertar.

KHAAM-EL



No divagues con el tiempo y sus historias.
Queda sosegado y en paz ahora, aquí...
Únete al presente con presencia consciente 
y la dicha del despertar de las ilusiones 
te vaciará de angustias y temores.




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