jueves, 30 de abril de 2020

TODO SE ABRE ANTE EL AMOR (Reedición revisada y ampliada)

   "En el escalón en el que creas estar el camino ascensional, ya está toda la luz; ya está toda la paz; ya está todo el amor; porque Dios no cambia. Esa luz nunca puede separarse, siempre está presente, aquí y ahora en tu interior. 
   Si no juzgas donde estás, es como decía Balsekar, tú vas viendo una escalera mientras la subes, pero sin saber cuantos peldaños tiene. Cualquier escalón contiene, eso sí, toda la escalera, el camino entero... todo está rebosante de Dios, sólo hay Amor".

Bernardo Montalvá (Berni)

* * *

   Si atiendes a lo esencial, ahora, aquí, evidenciaras lo hondo y clarificador de la reflexión la anterior. Todos los instantes contienen en su seno la eternidad, abriendo así un portal a lo infinito dentro mismo de lo finito. El tiempo sucede en paz si no se proyecta en él lo personal y, tras esa paz mental, la plenitud intemporal del espíritu, la comunión gozosa con Todo Lo Que Es, asoma clara y diáfana... esa es la escalera al Cielo que se encuentra completa en lo más profundo del corazón, en lo más puro del alma. No tengas recelo alguno del momento presente; no lo compares con otros y te encontrarás libre de ilusiones, envuelto por una luz inseparable de ti y de todo, abriéndote las puertas del Cielo con un Amor infinito. Persevera. A cada paso la totalidad te invita a penetrar en su ámbito indiviso. Todo lo que percibes mientras asciendes viene y va. Déjalo pasar... no te adhieras a ello ni te pelees tampoco contra ello. Sabes que nada sabes acerca de lo transitorio y eso te conduce al saber verdadero, incomparable e inmutable. Aliméntate con las adversidades para vigorizar el ánimo pusilánime que buscaba sustitutos al amor en un vano intento de apaciguar el miedo. Nútrete en las bonanzas compartiendo lo esencial y santo con tu prójimo para plenificarte plenificando. Da de todo corazón para que todos demos de todo corazón y sólo quede plenitud de Amor. Convierte las penas en dicha; transforma el odio en perdón; transmuta la separación en unicidad... ese es el rumbo que nos devuelve a nuestro verdadero Hogar, que nos conduce hasta Dios Mismo y Su luz infinita en la que lo sombrío no tiene cabida, ni lo sombrío realmente la ausenta.

   Desconfía del ego y encontrarás la confianza plena; porque escindirse de lo que escinde conduce a lo que comulga, a lo que comparte, a lo que unifica y bendice. Desatiende a los pensamientos que todo lo oscurecen y angustian y, de repente, toda la luz inapagable se evidencia al atender a lo que sí es digno de atención: el Amor y la Dicha que nos sustentan y alientan en el meollo mismo de lo viviente. Vuelve al presente y no conjetures en el tiempo... Confía en Dios y todo te irá bien. El mundo llora, el Cielo ríe. Cada etapa es una lágrima menos si sabes caminar sin mirar atrás, si sabes caminar sin proyectar hacia adelante, si sabes caminar siendo el instante en toda su pureza. Nunca valides los pensamientos que te mancillan para mancillarlo todo; la solución no es encuentra jamás en la pelea sino en el perdón, y éste comienza por uno mismo, para así extenderse a todos y a todo. Por eso, ciertamente, no te avergüences de lo que piensas que has sido o te harás arrogante para protegerte ocultándolo, disimulándolo o exagerándolo; antes bien, sé humilde, no te ataques ni exaltes, no juzgues desde el prejuicio, agradece incluso aquello que parece zaherirte aceptando que cada paso tiene su propio afán, su propio momento sagrado que conduce a lo santo e intemporal..., hasta la plenitud divina que en lo más hondo de nuestro alma brilla. Y reconocerás que, en cada uno de ellos, en cada instante, en cada encuentro o desencuentro, hay una bendición dispuesta a manifestarse si así lo permites, hay un regalo para que abandones el ego y halles vida en abundancia (la vida de espíritu que trasciende los límites del cuerpo y de los gastados años). Decide. No seas tibio. Querer caminar el Camino hasta el final y hacerlo, es la clave de todo. No se necesita para nada la desconfianza y el miedo; abandona esas pesadas cargas que te irritaban y apenaban, que te aprisionaban e incomodaban. Confía, todo se abre ante el Amor justo aquí, precisamente ahora.

KHAAM-EL



El mundo llora, el Cielo sonríe.
Sigue la senda de la dicha a pesar de las lágrimas... 
te encontrarás con el Amor de Dios.
No te distraigas con lo pasajero, 
la escalera al Cielo está en tu interior
y en cada paso dado ya se encuentra la totalidad.
Es como una bella melodía de unicidad y plenitud...
cada nota es esencial a toda la canción...
Escúchala, siéntela con el corazón... 
En lo más profundo: lo ilimitado...
¡Todo se abre ante el Amor!



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