miércoles, 22 de abril de 2020

BREVES REFLEXIONES A CONSIDERAR (y 38)


           1.
   No tienes que hacer o dejar de hacer nada en especial, sólo ser.

           2.
   Deshazte de las ilusiones, busca lo real, que no puede hallarse en lo transitorio. Atiende y comprométete hasta la médula, por tanto, sólo con los asuntos del Espíritu, del Amor y la Verdad; los demás (los del mundo) son vanos, dolorosos y efímeros.

           3.
   El viaje hacia el corazón, hacia ese encuentro interior con la infinitud del ser, no tiene retorno, y es el inicio de una gran felicidad y de una inmensa paz.


           4.
   Medita: A veces, un espejo se rompe y distorsiona fragmentando nuestra imagen en él reflejada, más es sólo el espejo, no nosotros. De igual manera, este mundo distorsiona y fragmenta nuestro ánimo cuando en su frenesí se rompe en millares de deseos y temores, pero el Ser siempre está intacto. ¡Despierta! No mires al espejo, mira al contemplador desde el ojo interior y verás de veras... reConocerás la Divina Unicidad.

           5.
   La Iluminación no es difícil, está a tu alcance, al alcance de todos... Sí, está más cerca de ti que tus propios pensamientos, más unida a ti que tu supuesta identidad personal; es más real que lo que ahora percibes, infinitamente más consistente que tu cuerpo, mucho más poderosa que todos tus logros obtenidos u obtenibles, esencialmente más inmediata que el presente y bienaventuradamente más viva que tu vida en este mundo. No te demores, pues, inventando dificultades, imaginado imposibilidades; atraviésalas sin vacilación. Ve hacia ti en silencio, no te distraigas con el parloteo de lo mundano, y La hallarás. 

           6.
   Vayas donde vayas no hay distancias para la plenitud del Ser, no hay exclusión posible en el Amor Divino, ni tampoco existe realmente la muerte en la eterna Vida del Espíritu... Vivenciar esto es encontrar lo nunca perdido, es el Despertar.

KHAAM-EL



La quietud esencial,
la Quietud de la Consciencia,
nada tiene que ver con la quietud intelectual (del ego).
En la primera, las preguntas desaparecen 
en una Respuesta más allá de cualquier concepto;
en la segunda, éstas regresan de nuevo con renovados matices
e imaginarias paradojas
que recomienzan, una y otra vez, 
un viejo y doloroso proceso interminable.
Acaba con eso aquí y ahora,
abandonando todo esfuerzo quejumbroso por estar en quietud
y la Quietud íntima y sagrada se evidenciará.



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