martes, 21 de abril de 2020

LA VIDA BIEN VIVIDA

   Atribularse por lo transitorio es engrandecer lo pequeño y superfluo, menospreciando lo inefable y esencial. El sistema de pensamiento egoico hace justamente eso, de ahí todo el sufrimiento que la humanidad padece. Y, precisamente por eso, es imprescindible prescindir de lo prescindible y no acumular por acumular; porque, lo que mantenemos agarrado, nos impide la libertad de movimientos que la vida bien vivida requiere. Somos transeúntes en este mundo, todo aquí es pasajero, y cargar con lo accesorio como si fuese vital, en vez de facilitarnos la alegría del presente nos lo complica y angustia. Si te perdiste en una plétora de seguridades, comodidades y sensoriales deleites, encuentra, sin más dilaciones que sólo acarreaban desgaste y pesar, la salida que te ofrece el compartir de corazón. Sí, regresa a lo sencillo tanto si te alejaste tras una miríada de deseos, fantasías y especulaciones, como si te escondiste tras una inmensidad de temores, culpas y resentimientos; y, con súbito asombro, recobrarás la dicha que añoras, y sentirás de nuevo la libertad del espíritu que por encima de toda carne te eleva, y vivenciarás el Amor de Dios en tu entraña más recóndita, y hallarás una paz que el ego no puede siquiera intuir, y te sabrás eternamente en Casa, en el Corazón de lo Santo, en la Comunión de la Vida. Deja, pues, que pase lo pasable, y pasará todo lo que jamás tuvo valor ni auténtica importancia; emergiendo lo, en verdad, valioso e importante desde lo más sagrado de este instante, de este presente limpio de juicios pasados y libre de proyecciones futuras, de este aquí y ahora que te abre las puertas de la intemporalidad, de la infinitud del Ser, de la plenitud de la Divina Unicidad... Esta sí, amig@, es la disposición y actitud vital que, en este efímero mundo, nos posibilita una vida bien vivida; una vida fértil; una vida que dándose, se gana; una vida que soltándose, libera; una vida que sin apego a nada, todo -milagrosamente- te ofrece.

KHAAM-EL



La humanidad entera es peregrina en este mundo,
tod@s estamos de paso...
Nuestra patria es el Cielo,
y los verdes prados de la Tierra Prometida
son del Espíritu y no de la carne,
son de la Vida y no de lo corruptible,
son de la Bendición y no de la condena o el odio,
son del Amor y no del miedo,
son de la Humildad y no del orgullo,
son de la Unión de la Paz
y no del enojo del combate,
son de la Verdad y no de las teorías,
son del Compartir y no del acumular,
son de la Alegría de lo Santo
y no de la culpa de lo egoico.
Amig@, en este mundo efímero,
vivir así,
es la vida bien vivida.


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