domingo, 5 de abril de 2020

DE LA LOCURA A LA CORDURA


Creerme el ego y todas sus caretas
de gestos múltiples que tapan todo
aquello que le hace sentir vergüenza,
propició mi caída en el lamento
enloquecido del amargo enojo
que busca un culpable a su tormento.

Lastrados pensamientos sin pureza
arrastraron mi espíritu hasta el lodo
más frío y denso que mi ser recuerda...
Definí al mundo y a mí por contraste,
siendo injusto lo que ahí se revela:
Ser juez y parte no es sabio, es loco.

Escabullirse de las propias faltas,
angustias, temores o falsedades,
avideces, titubeos y penas,
reprochando las acciones de otros
como si las de uno fuesen nada,
únicamente, acarrea desastres.

Más, muy adentro, hallo cuerda respuesta
tras múltiples reflexiones y afanes:
Sólo lo que es indiviso libera.
Toda culpa deja el corazón roto
y cualesquier juicio aplica condena.
Pero el perdón siempre el Cielo nos abre.

KHAAM-EL



Somos responsables de nuestro pensar y obrar.
Reprocharle y enfrentarse al mundo
por el propio dolor
es una locura que ha de curarse
con la comprensión y el perdón.
El mundo y sus errores no es un problema,
es una oportunidad para ver nuestro interior,
para desenmascarar al ego
y poder volver así a la paz de espíritu,
al amor, a la verdad... a la cordura.




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