Deja de complicarte la vida con fútiles conjeturas y regresa a la simplicidad del presente, a la luminosidad de lo inocente, a la bendición de lo fraterno. Sencillo: los opuestos por muy contradictorios que se muestren en esencia son lo mismo, pues son dos aspectos de una misma idea; de igual manera, los ciclos -por muy diversos y espaciados que aparezcan- son repeticiones secuenciales de una semejante trayectoria trazada por una misma idea aparentando ser distinta. En consecuencia, cualquier perspectiva (por diferente que ésta sea en su apariencia) necesita en todo momento de un centro sobre el que girar; y, por ésto, toda variación, para ser percibida como tal, precisa de un mismo espacio en el que pueda acaecer. Así que los opuestos, las perspectivas personales, las variaciones y los ciclos, son efectos de la creencia en lo separado, diferente y especial; mas todo eso se desvanece, una y otra vez, en su insustancial estructura. Mira con congruente atención, y caerás en la cuenta de que todos esos efectos, que crees tan ajenos a ti, comparten una misma mirada que los contempla (la tuya). Sí, todo el mundo que percibes sucede en tu visión; realmente se encuentra en tu mente, y no afuera... Ves tus pensamientos en desarrollo, y fabricas secuencias, aparentemente diferentes, para hallar solución a tu fraccionada experiencia de ti, fabricando un pequeño mundo en el que malvives suspirando por ser grandioso, por vencer el miedo y encontrar sosiego. Renuncia a tu lucha contra la impureza y vivencia la pureza en la Luz de la Consciencia Viva, Plena y Sagrada. No duermas ni un solo mundo del ego más. Decídete en favor de lo santo y despierta de lo vano reconociendo que no hay solución en lo dividido; pues, desde su divisor juicio, sigue dividiendo tu anhelo de respuesta universal en escuetas respuestas perceptivas que fabrican más y más preguntas que generan, a su vez, otras respuestas perceptivas de interminable reiteración. Sal del bucle en el que imaginas encontrarte retornando al origen en tu consciencia... regresa a ser sólo visión: sin apegos ni rechazos, sin deseos ni aprensiones. Quédate en sosiego y contémplate en el contemplar mismo... Sabrás que las estaciones y el transcurso de los años y sus edades, en verdad, no pueden afectarte ni influirte más allá de lo que en tu conciencia te lo impongas.

KHAAM-EL
La eternidad no es algo a conseguir fuera de ti.
Dentro, muy dentro, lo infinito
te recuerda -como una bella melodía
que te envuelve y libera-
que en esencia y en verdad
la pureza del Espíritu
es Plenitud de Vida,
Comunión fraterna,
Bienaventuranza de Amor...
Divina Unicidad.
Dentro, muy dentro, lo infinito
te recuerda -como una bella melodía
que te envuelve y libera-
que en esencia y en verdad
la pureza del Espíritu
es Plenitud de Vida,
Comunión fraterna,
Bienaventuranza de Amor...
Divina Unicidad.
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