martes, 22 de septiembre de 2020

EN LA ENTREGA DEL YO, LA INFINITUD

   La fe aparta y remueve todo obstáculo porque lo aparta Dios y no nuestras pequeñas y frágiles fuerzas. Ve más allá del angustiado y angustiador ego confiando en la paz de espíritu. No hay horizonte nuevo para miradas viejas ni logro personal que dure para siempre. Deja que Dios mire de nuevo a través de tus ojos y te muestre lo esencial y entonces le permitirás agradecido realizar lo que ha de hacerse para el bien de todos desde lo más profundo de ti. Confía, nada verdaderamente valioso puedes perder en este mundo de pérdidas... Y, con humildad, ocúpate de entregarle a Dios el día por la mañana, diciéndole de todo corazón: -¡Oh, Dios! que en el día de hoy sólo Haga Tu Voluntad; después del almuerzo de mediodía, agradécele el sustento que hace que puedas continuar extendiendo útilmente la consciencia de unicidad, siguiendo Su amoroso plan, proclamándole con toda tu mente y corazón: -Aquí estoy, ¡oh, Dios! Hágase en mí según Tu Palabra; y, al acostare, exprésale tu gratitud con todo tu ser, orándole: -¡Oh, Dios! Gracias por el día de hoy, en el que Tu perfecto Amor ha venido a mí para poder compartirlo con mi prójimo. Toma ahora mis sueños, hágase en ellos según Tu Voluntad.Y nada podrá hacerte fracasar en tu vuelta a tu santo Hogar, al corazón de Dios, porque un ángel del Cielo fortalecerá tu ánimo y guardará tu alma de todo mal.

   Desaferrarse del aferrador yo personal revela nuestra verdadera y luminosa identidad espiritual. Ten fe en mantener la fe aun en laas mayores calamidades o más arduas adversidades. Sé constante, perseverante, humilde, agradecido... la constancia genuina tiene que ver con el 'desde donde' se realiza todo, no con lo reflejado en lo externo. Si eres constante de verdad en apartarte y entregar el yo personal para servir de corazón a la Voluntad de Dios, de "Yo Soy el que Soy", el hábito salvífico germinará en tu corazón y cobrará fuerza hasta dar fruto abundante; pero, si inventas hábitos, a tu manera, intentando alcanzarLo, jamás Lo alcanzarás pues un esfuerzo egoico es malgastar el presente fantaseando futuros que nunca se alcanzan. Llegar a Dios sucede abandonando todo particular plan, por bienintencionado que éste sea, porque la constancia en la entrega de lo personal posibilita la vivencia universal. En la dación generosa de uno, siendo perseverantes en la entrega y en la realización de la acción de ésta resultante, la Luz que disipa toda tenebrosidad refulge desde lo hondo y sagrado, desde la mente en paz y el corazón rebosante de Amor... No titubees con especulaciones personales, la constancia es la confianza total en la honestidad y la rectitud de no significar en absoluto lo parcial y tendencioso, para que la vida, así entregada, sin condiciones, a la Voluntad de Dios, a la Voluntad del Inefable, a la Voluntad del Veraz, a la Voluntad del Perfecto y Eterno, nos retorne, junto con nuestro prójimo, a la plenitud del Espíritu, dejando atrás toda identificación con los cuerpos en el el tiempo, sabiéndonos Uno con Dios y toda Su Bienaventurada e Infinita Creación en el Corazón Mismo de la Infinitud.

KHAAM-EL



Renuncia al yo personal
que en su avidez de ganancias
siempre se siente carente, limitado y perdido.
Concéntrate en la amplitud inefable del instante presente.
Sé constante, ahora, aquí... no hay otro tiempo ni lugar.
Entrégate por entero, ya...
... por la Gracia, de repente, indubitablemente,
la infinitud del Amor de DIOS.



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