Cuanto más se codicia o ambiciona a alguien o algo, menos felicidad y sosiego goza el corazón; y cuanto menos humildad y bondad se tiene, mayor es la estulticia y aflicción que acumula la mente. Jamás un sí a la Verdad será un no a lo fraterno, ni vale un 'quizás' ante el Amor. Sí es sí, no es no; simple, claro, rotundo y liberador.
Presenciar el presente sin la vana interferencia del endiosamiento de la maliciosa perspectiva personal, muestra la sencilla y bienaventurada unicidad de lo Divino, la comunión de conciencias en Lo Absoluto, el luminoso esplendor de lo innacido... Inequívoca e invariablemente, la totalidad de la 'nadidad' de lo temporal no interfiere en la vaciedad de ego que la plenitud de lo atempóreo despliega. O el paganismo de la carne o la bendición del Espíritu; ambos imposible. El primero es precario artificio y espejismo que en su oquedad se desvanece; la otra, certeza vívida de eternidad y feliz unión de almas.
KHAAM-EL
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