lunes, 12 de septiembre de 2022

PRESENTE CONSCIENTE, BENDITA OPORTUNIDAD DE TRASCENDER EL TIEMPO Y SUS ILUSIONES

    Ver lo que cambia no es auténtico ver; ni comprender lo variable, es auténtico saber. Todo lo ahora percibido, no fue como lo percibimos ni lo será poco después (incluido nosotros mismos como perceptores particulares del mundo en el que parecemos vivir). No hay excepciones que valgan, el rumbo de las formas es cambio y deshacimiento, surgimiento y desaparición, nacimiento y muerte. Una apariencia, nada más.
    El tiempo es una idea, no una realidad en sí mismo, al igual que las formas que en él acaecen son elusivos pensamientos en expresión, no consciencia pura, real y plena. Todo el tiempo el tiempo mismo es el resultado de una percepción dividida y limitada, divisora y limitadora, efecto tomado por causa; un absorbente 'continuum' de nebulosas y contradictorias memorias que se replican a sí mismas con superficiales variantes que quieren pasar baldíamente por esenciales diferencias.
    No hay un 'yo' pasado que fuimos, ni un 'yo' futuro que seremos a costa de los grandes esfuerzos de un 'yo' actual en especial mejora. Sólo Ser trascendiendo esa paradójica e ilusoria mutación físico/conceptual. Precisamente la idea del 'yo' personal, del ego, de lo especial y exclusivo, es la que fabrica la incómoda sensación de que el tiempo es algo real e ineludible, y de que puede tener algo valioso que ofrecer. Más, obtener lo que se pierde nunca tuvo ni tendrá verdadero valor. En definitiva, el tiempo no es valioso ni esencial por mucho que en él se conquiste o logre; la eternidad, sin embargo, sí lo es (de hecho, no necesita de conceptos y teorías para saberse indubitable en lo más hondo y silente de la consciencia). Porque, el tiempo está sujeto a los pensamientos que lo perciben, entretanto la eternidad, en su inmediata completud, jamás puede verse afectada ni alterada por ninguna percepción o conceptualización: las trasciende a todas en su sustancial y sutil inmanencia.
    Recapitulando, los cuerpos/ego (los 'yoes' especiales y aparte) representan pensamientos de temor, distorsión y separación, mientras que el Espíritu es la expresión viva de lo eterno, amoroso, veraz y santo. Atravesemos, pues, la intensidad de no apegarnos al 'yo' temporal y revivenciaremos así nuestro Ser verdadero, que no nació ni morirá. ¡Despertemos juntos cual uno solo, amigo/a, del sueño de las formas y sus fingidas evoluciones! En el Espíritu, la Verdad y la liberación de lo falaz, que tanto nos angustiaba, es inmediata (aunque pareció durar millares de vidas) si con devoción y constancia a Ella nos encaminamos y consagramos. Simplifiquemos resueltamente y, sin el estorbo de los deseos y temores egoicos como motores de nuestra acción, conoceremos lo que ahora, siempre ahora, hay que realizar; no mañana, hoy. Pues, todo el tiempo sucedió en la eternidad. Lo que acaba, acabó. Lo que permanece (puro Ser), aquí está presente... en cada segundo, en cada latido, tras todo pensamiento y forma;
 imperturbable, en comunión y bienaventurado.

KHAAM-EL


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