1.
El revés del revés nos encauza de nuevo.
2.
Un núcleo infinito carece de periferias. Nuestro núcleo es espíritu, por lo que éste se expresa tanto en cuerpos como allende los mismos. El espíritu -por su ilimitada comunión con todo lo existente- todo Ama, nada odia ni teme; ergo ese Amor infinito trasciende cuerpos, edades, ubicaciones y circunstancias en un centro inacabable, en plenitud de Espíritu y Vida.
3.
Vivir con consciencia nos vuelve humildes... todo lo que parecemos ser como egos es nada; revela en el latir del tiempo: la eternidad, muestra en la multiplicidad de las formas: la unicidad del Espíritu, ofrece en la limitación perceptiva del 'yo': la inmensidad inconmensurable de Ser. Destruye el ego, rebosándonos de Amor, de Verdad, de Dicha... de DIOS.
4.
No apegarse a lo corporal. No ilusionarse con lo temporario. No apenarse por sufrimientos caducos. Mantener plena consciencia presente de la 'Consciencia Misma' perdonando toda afrenta, eximiendo de vituperios al que yerra, mostrando su luz interior al que a tientas camina buscándola afuera, agradeciendo al prójimo cualquier ayuda por pequeña que sea... Y lo que se iba a la tumba la atraviesa, resucitando.
5.
Retornar de nuevo a lo intemporal, a la eternidad esencial del Espíritu, vuelve antiguo hasta el futuro más lejano.
6.
Todo viene de DIOS, todo a ÉL regresa... perderLo para buscarLo, buscarLo para ser por Él llamados... decirLe sí, y, de súbito, inseparables como antes de la tierra, el universo, el tiempo y sus ruidosas y ruinosas historias.
KHAAM-EL
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