domingo, 22 de enero de 2023

FUNESTA ES LA INDOLENCIA

    
La más terrible y funesta de las imprudencias no es la bravuconería temeraria del enardecido insensato, sino el excederse de prudente hasta el extremo de caer en la pasividad negligente del tibio, que en nada se determina y todo lo relativiza, para así seguir acomodado en una inercia vital de particular holgura y molicie, que al prójimo dolorido y necesitado sin remordimiento ignora y desatiende.
    Tal actitud desidiosa e indolente, aboca a quien la escoge a culminar una vida que no da el fruto esperado malgastando los talentos dados, siendo entonces esta una vida baldía e inútil. Por tanto, estemos bien atentos a nuestro vivir y recordemos lo que nos enseñó Jesús de Nazaret en estas parábolas, la primera de Juan el Bautista anunciando la llegada de Jesús y la segunda del propio Jesús"y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego" (Lucas 3,9), y "En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: -Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado. Su señor le dijo: -¡Bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el de los dos talentos, dijo: -Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado. Su señor le dijo: -¡Bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el que había recibido un talento, dijo: -Señor, sé que eres un hombre recto, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo. Mas su señor le respondió: -Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." (Mateo 25,14-30).
     Seamos realmente prudentes, y no caigamos en la tentadora cobardía e indolencia de la tibieza, que reconociendo el mal y la mentira nada hace en favor del Bien y la Verdad por mero tacticismo perezoso e irresoluto. Ahondemos, reflexionemos, meditemos, y en consecuencia actuemos. En la medida que obramos según las leyes del Amor y la Verdad, todo el bien que produzcamos nos será multiplicado; mas si, aun no haciendo el mal, dejamos de obrar el bien que según nuestra capacidad hemos de realizar, tal como si hubiéramos hecho el mal es, y consecuentemente, resulta. Por esto, remarcaba Jesús de Nazaret muchas de sus enseñanzas y parábolas con la admonición "quien tenga oídos para oír, oiga, y quien tenga ojos para ver, vea".

KHAAM-EL


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