Siempre hay un espacio inacabable dentro de lo abarcable... El Espíritu, desde el interior de la teatral personal identidad configurada e imaginada, nos despierta e infinita en UNO SIN OPUESTO.
Nada que recelar, todo que confiar. Queda en paz y vive. A pesar de las apariencias egoicas sugiriendo lo contrario, la separación es imposible en la realidad; no teniendo cabida el miedo, ni las ilusiones de él derivadas afectan o constriñen a lo esencial, puesto que en lo nuclear y básico, en lo perenne, libre e incontenible, indefectiblemente me Amas, te Amo, me Aman, te Aman, los Amo, los Amas, nos Aman y los Amamos... Somos todos Amor, indestructible e inseparable Amor en la perfecta unicidad de DIOS VIVO.
KHAAM-EL
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