Orar con el corazón es orar con hondura y fe, con autenticidad y sagrada intención, confiando sin reservas en la Luz providente de DIOS VIVO; un acto de quietud interior y silenciamiento del ego para atender únicamente al Espíritu, permitiéndole así a la santa intuición de nuestra esencia inmortal, en un presente libre de miedos o ansias, la extensión del Infinito Amor Divino a un mundo doliente y confuso..., conduciéndosenos del pesar a la dicha, de la carne al espíritu, del conflicto a la paz, del miedo al amor, de las ilusiones a la verdad, de lo dividido a la unicidad. Confía, la consciente entrega y abandono del afán de beneficio personal en favor del obrar para la consecución del Bien Universal nos bendice, ilumina y libera según bendecimos, iluminamos y liberamos. Pues dando de corazón se vivencia en el tiempo el milagro que nos concede regresar a lo intemporal. Dar es extender, y extender es crear, y crear es acrecentar lo incontenible, la Verdad, el Amor y la Paz... ¡Bendiciones! La dación del Ser es inagotable, bienaventurada e inefable fuente de eterna plenitud extendida.
KHAAM-EL
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