Desde el estado de ignorancia humano, resolver qué es el conocer, qué es el genuino saber, qué el vivenciar de veras la plenitud, nada tiene que ver con los vanos y altivos esfuerzos del ego (puntualmente el sistema de pensamiento que trae juicio y prejuicio, comparación, contradicción, error e ignorancia).
Saber es descubrir, desvelar, concienciar, apercibirse allende los sentidos de la unicidad de la Verdad ('Lo Que ES'). Por eso, no puede alcanzarse el vero saber chequeando, delimitando y teorizando acerca del cambiante mundo que parece ser, que viene y va. Este mundo paradójico en el que las cosas, y uno mismo, están y dejan de estar.
No es más sabio quien más partes del universo elucubra, ordena y explica con mayor elegancia y brillantez, sino quien, al tomar conciencia de la consciencia misma, se establece en la conciencia presente, ecuánime y compasiva. Éste, con honesta y limpia mirada, vivencia cómo en esencia y en verdad no hay en el universo partes separadas que elucubrar, ordenar y explicar; comprende que acumular información y cotejarla, combinarla, deducir y dilucidar, es un método indirecto que sólo sirve para tecnicismos y transitoriedades; no es sabiduría, es erudición, algo carente de verdadero y profundo significado. Pues siempre faltará algún dato o concepto de información que añadir o recombinar, que volver a analizar y estudiar; mientras que el saber genuino es directo, íntegro, no conceptual, inmediato, puro, eterno, esencial e inefable, lleno de indivisible significado 'per se'.
Por eso meditar con consciencia y constancia, sin apego a resultado prefijado o imaginado alguno, sencillamente por amor a la verdad misma, es la senda segura a la sabiduría, ya que el abandono de la preponderancia que se le daba a las paradójicas rutas que la mente egoica y sus categorizaciones temporal/corporales trazaban, conduce al auténtico conocimiento, a la perenne sabiduría totalmente libre de paradojas y aparentes contradicciones: al Amor, a la Paz y a la Comunión de Espíritu, o Nirvana, o Cielo, o Absoluto Universal, o DIOS VIVO, o el Innombrable Que Todo ES... En definitiva somos sin conceptos, sin separación, sin principio ni fin, sin ego, allende la carne y el tiempo. En el fondo, muy en el fondo, siempre aquí y ahora, sé que lo sabes, sé que sabes que lo sé, sé que sabemos que lo sabemos, aunque hallamos ensoñado olvidarlo en un tiempo y lugar ilusorio... sencillamente te lo recuerdo, me lo recuerdas, nos lo recordamos... Gracias. Bendiciones.
KHAAM-EL
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