Podemos escoger ir hacia la Verdad o la ilusión, hacia el Amor o el miedo, hacia la Divina Unicidad o el ego, hacia la Vida o la muerte, hacia lo Real o lo confuso y onírico. No hay más opciones. Es la vida quien articula la forma, no al contrario. Por lo tanto, no hay verdadera enseñanza/aprendizaje externos, sólo símbolos perceptivos interactuando por un concienciar íntimo. Ya que, en última instancia, aquí y ya, siempre, todo aprendizaje genuino es interno; para, de inmediato, fraguar un después aparentemente afuera (mas afuera, nunca ha sido, es, ni será, en esencia, diferente de dentro). Por eso, desde el ego sólo se ve un enjuiciado pasado escindido del ahora, proyectándose hacia un imaginado futuro potencial/divisor, cuando sólo hay, de cierto, eterno presente en bienaventurada plenitud.
¡Despertemos del confuso y onírico apego al ego, que tanto sufrimiento esboza y refleja! Ser en plenitud es la Verdad, y el Amor, y el Absoluto Sagrado Intemporal, y la Vida Eterna, y la Realidad Inmutable que nos hace libres del potencial tiempo y forma, evidenciándonos de nuevo en comunión con DIOS VIVO.
Aprender totalmente no ser el ego es enseñarlo dentro, muy dentro, en la hondura de la consciencia consciente de Concienciar. Y, de ahí, extender lo infinito infinitamente inseparable a lo inseparablemente infinito infinitamente (con o sin palabras, cerca de un cuerpo o a miles de kilómetros de distancia de él, encarnado o desencarnado, ángel, humano, animal, vegetal o mineral). ¡Somos Espíritu! De súbito, la Luz: aprender completamente es demostrar/Ser... y demostrar/Ser es una revelación resucitadora que acaece en el núcleo mismo de la Existencia; sin separación, sin afuera, ni periferias.
KHAAM-EL
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