viernes, 6 de mayo de 2022

ANTE LA ANGUSTIA Y LA TRISTEZA, ORACIÓN Y ENTREGA AMOROSA

 
     Encontrarse envuelto en acontecimientos adversos, sumido en la oscuridad, el desamparo y el dolor, por muy inmerecidos, crueles e indignos que aquellos sean, pasa de ser un cúmulo de situaciones desesperadas y penosas a una digna oportunidad de sanación y salvación, cuando recordando a Jesús de Nazaret, orando en el Huerto de los Olivos en la hora más amarga, poco antes de ser prendido y crucificado injustamente, decimos de corazón con Él: «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya.» Lucas 22:42. Así, por esta confiada y amorosa entrega, recibiremos una fuerza, una claridad y una paz que no son de este mundo, sino del Cielo; por las que podremos realizar lo que se nos encomiende para el bien de todos, sin sucumbir a la tentación de huir, atacar o escondernos ante la tribulación que nos acongoje, con segura esperanza y alegría en el alma, aunque el cuerpo y el intelecto sean ruinmente zarandeados por la ceguera y necedad del mundo. 
    En la oración fervorosa, humilde y sincera, por tanto, es donde está la clave de todas las vidas, de todas las resurreciones: «Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo. Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra. Cuando terminó de orar y volvió a los discípulos, los encontró dormidos, agotados por la tristeza. «¿Por qué están durmiendo? —les exhortó—. Levántense y oren para que no caigan en tentación.» Lucas 22:43-46.

KHAAM-EL


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