Las estrategias del ego para sentirse bien, por su naturaleza exclusivista y disgregadora, agravan el sentirse mal. Porque ir de un lugar a otro para librarse de la rutina y el tedio, de una relación a otra para sentirse querido, de un deseo al siguiente para considerarse satisfecho, de una evasiva a otra aún mayor para seguir haciendo lo que a uno le apetezca, de un embuste a un engaño más tremendo para tapar el anterior..., y así sine die, es ir un día tras otro -rutinaria y tediosamente- a ninguna parte, no tener nunca una relación verdadera, estar siempre insatisfecho, no asumir jamás la propia responsabilidad achacando los errores propios a los demás, a la vez de tergiversar maliciosamente los hechos para obtener particular beneficio a costa de la verdad, enquistando con semejante actitud egoica, paradójicamente, el malestar que querría uno evitar y erradicar.
KHAAM-EL
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