Es de repente el incandescente fulgor de la plenitud del Alma rebosada de DIOS... El continuo y perseverante deshacimiento de los constructos mentales del ego mediante el 'no apego', la oración sincera de confiada entrega, el generoso compartir y ayudar desinteresados, y la meditación constante, tras un gradual aumento de la paz mental y la dicha del corazón por la milagrosa e irrefrenable disolución de miedos, rencores y vergüenzas, en un instante santo que alcanza a todos los instantes pasados y porvenir -liberándolos de las cadenas del parcial relato personal-, revela en lo humilde y pequeño lo magnificente y excelso: la Divina Unicidad de la vida en eterna bienaventuranza espiritual. Ese Amor de veras, incondicional, santo e inconmensurable.
KHAAM-EL
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