TRANSITAR POR EL MUNDO SIN APEGO AL EGO, ANTICIPA LA PLENITUD DEL CIELO

    Con paso seguro y ligero, tras despojarnos del pesado lastre del ego que se almacenaba en las alforjas de nuestras personales memorias, retornemos a nuestro Hogar Eterno, al núcleo mismo del Amor, al Cielo Infinito del Espíritu, al Corazón de DIOS... Ahora el destino está claro y la determinación es total. No más acopios de miedos y rencores, no más demoras por ir tras seductores deseos o vanas frivolidades.

    Transitemos por la tierra siempre presentes, bien atentos al hondo significado de los sucesos; no dejemos que nos engañen su superficiales, variables e ilusorias apariencias... Regocijémonos de lo bueno y perdonemos lo doloroso, abandonando todo resentimiento o pesar surgidos de equívocas interpretaciones imaginadas. Afirmémonos en lo que Es. Vivámoslo todo con medular consciencia. Amemos... Y somos al instante en este instante, por la gracia, de nuevo plenos, libres de las garras del ego; vivenciando de manera inequívoca, felices y en paz, allende los cuerpos que parecían separarnos, nuestras almas unidas en sagrada comunión.

KHAAM-EL