Hoy se conmemora el núcleo mismo de la Vida de Jesús de Nazaret en el mundo. Su intachable ejemplo del compartir y servir de corazón, perdonando hasta quienes lo odian o traicionan. Esa exhortación a dar testimonio de la Verdad del Amor y de la vida eterna del Espíritu entre egoísmos rapaces y potentados implacables, estando dispuestos a atravesar obstáculos, burlas, insidias y calumnias, e incluso, si fuera menester, a entregar la propia vida en ello. Esa, y ninguna otra, es la enseñanza consumada de Jesucristo que nos ilumina e inspira desde la Última Cena.
Pido e invito a pedir, en este día señalado, que la enseñanza sagrada de Cristo sea piedra angular sobre la que se edifique nuestra obra en el mundo. Y que Su Luz sea luz en nuestras mentes, Su Amor pálpito de nuestros corazones y Su Fortaleza empuje de nuestras acciones.
KHAAM-EL
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