viernes, 1 de marzo de 2024

MEDITAR DE VERDAD NOS DEVUELVE AL AMOR

  Para vivenciar en el mundo plenitud es primordial desarrollar en las relaciones verdadero Amor, compartiendo todo lo que nos hace esencialmente libres, dignos y felices en común unión, sin ánimos posesivos o evasivos. No hay otra manera de amar; se debe reconocer, más allá de la cambiante apariencia temporal, la pureza del Espíritu que a todos nos alienta, sustenta y nutre. Por eso, la meditación consciente y honesta nos devuelve a la Verdad y el Amor, puesto que sólo una mente sosegada, receptiva y feliz puede desprenderse de sus propias falaces definiciones, e ir, libre, más allá de sí dejando ser lo que es, permitiendo desplegarse lo que hay. Y el Amor sincero y verdadero obra milagros que conducen al reencuentro con lo Divino, con lo 'No dual', Absoluto o Nirvánico (no nos peleemos por meras palabras), lo esencial, lo importante, lo crucial, es adonde todas las denominaciones acerca de lo sagrado apuntan: a la inefable e inmortal esencia de Ser. 
    ¡Regocijémonos! Cuando no hay egoicos límites que nos escinden con recelosos miedos de la relación con el prójimo, ésta se vuelve santa, bendita y jubilosa, volando libre en pletórica comunión. ¡Paz y bien! Ahora, uno se sabe indiviso de todo y de todos en la Consciencia Pura de la Divina Unicidad. ¡Bendiciones! Aquí, sea cual fuere el lugar y suceso ocurrido, nuevamente, al desaparecer todo temor, el Amor se hace patente en todo su eterno esplendor de consciente interconexión, de inconcebible imposición. ¡Aleluya!

KHAAM-EL

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