sábado, 18 de mayo de 2024

INCOMPARABLE Y ETERNO ES NUESTRO SER EN DIOS

    La acumulación de horas en días, que conforman semanas y meses aglutinándose en años y años, décadas y décadas, siglos y siglos, hasta ir sumando milenios, repite la misma ilusión perceptiva, la misma cantinela egoica, como un disco o 'compact disc' que reiniciara, en igual orden, una y otra vez, las mismas canciones en él grabadas. Canciones melancólicas, guerreras o pasionales, pero todas ellas finalmente trágicas. Pues las historias del ego en la Historia humana, con pequeñas variaciones colaterales, mantienen su núcleo vital inalterado desde el principio del tiempo; a saber: nacimiento, crecimiento, comparación, competitividad, cenit, altivez o depresión (según el resultado de las pugnas), declinación y muerte.
    No habrá plenitud de los tiempos, felicidad, fraternidad y paz completas, hasta que abandonemos nuestro apego al pensar egoico, cesando de compararnos y competir unas con otras, otros con unos, unas con otros. Y, oh milagro, de manera natural el presente revele esplendoroso su ilimitada unicidad inherente, y, por fin, en un juicio sin culpabilizaciones ni resentimientos, con incomparable Amor, tomemos consciencia de que la vida es del Espíritu, inefable y santa; que, en esencia y en verdad, nuestro ser auténtico no ha nacido, ni morirá, que no somos de la carne ni del tiempo... Pues somos un sólo Ser, eternamente unido a nuestro Creador: DIOS VIVO.

KHAAM-EL


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