Asir el tiempo es un imposible; controlar la forma, utópico. Los seres sintientes, los objetos, y las fuerzas naturales y mecánicas, interactúan y mutan: lo que fue, no es; y lo que será, dejará de ser, para -en cósmica danza- reformularse de nuevo.
Únicamente,
allende lo temporal, trascendiendo la obsesiva identificación con el
'propio'
cuerpo como identidad real, aceptando tal cual a todos los seres
sintientes, desapegándose de los objetos de deseo y armonizándose
con el curso de las fuerzas universales, el Espíritu, la Vida de
todas las vidas, inmortal, sin límite, pura energía indivisa y
eterna, DIOS VIVO, resplandece inmutable en el centro único de todos
los aparentes perímetros (el 'Corazón Radiante', el Alma, lo
Sagrado, nuestro único Ser), despertándonos del espejismo del nacer
para morir, guiándonos de regreso a la Plenitud y el Amor, que,
excepto en la carnal/mental ilusión egoica, nunca dejamos de ser en
perfecta unicidad con/por/en ÉL.
KHAAM-EL
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