El Ser en plenitud es conquistado con la disciplina de no dejarse embaucar por una mente egoica, que (por apegarse a las transitoriedades del mundo) se aleja de Aquél, atacándose a sí misma anublando el corazón, tras enemistarse con los resultados juzgados insatisfactorios, una vez ha ensalzado otros como imprescindibles, siendo todos ellos impermanentes y, por tanto, insubstanciales. Mas, el encuentro con lo sagrado e inefable es inmediato, en cuanto uno abandona el culto al 'yo' en favor del 'Nos'; puesto que, lo Divino, el puro Ser, crea y se expande ilimitado en indivisa comunión, franqueando todas las barreras sensorias y todos los devaneos del pensamiento, estableciendo mente y corazón en el puro presente, pleno e intemporal, donde se evidencia el inmortal Espíritu como el Ser verdadero en lugar del perecedero cuerpo/intelecto.
KHAAM-EL
No hay comentarios:
Publicar un comentario