martes, 21 de mayo de 2024

MIRAR EN PROFUNDIDAD, DESPERTAR EN DIVINA UNICIDAD


    Este mundo, de cuerpos separados y temporales relatividades, es un lugar extraño, donde se añoran la dicha y la paz duraderas buscándolas en lo limitado e impermanente, donde se ansía más y más por sentirse menos, donde se anhela ser amados olvidando amar, y, a su vez, se suspira por obtener la libertad y la vida eterna identificados con un cuerpo mortal. Pero, lo más extraño aún es extrañar aquello que no se ha perdido, ni puede perderse en absoluto: la plenitud de Ser; al identificarnos con un ego, ilusorio pero seductoramente persuasivo, por la vana y absurda apetencia de ser separados de Lo Inseparable, de ser aparte de la Divina Unicidad, afirmando recurrentemente lo cuestionable y equívoco para negar con arrogancia lo Innegable, ocultar lo Real, menospreciar lo Inefable e ignorar lo Infinitamente Bienaventurado y en Comunión. Y todo esto, ¡para tener razón especial sobre el común! Una locura, tremenda locura, pretendiendo se cordura.
    Mirar al miedo de frente, lo desvanece. Reconocer la locura, la sana. Observar al observador, lo trasciende. Tomar consciencia de la consciencia, abarca y traspasa la mente... Despertar de lo ilusorio sucede en un instante que contiene todos los tiempos y engloba todos los lugares. La Verdad es Infinita, y lo Infinito es Verdad. Nada hay separado de lo Verdadero e Infinito, y en esta Unicidad, por tanto, son inevitables el Amor, la Paz y la Felicidad de lo Pleno y Eterno, de DIOS VIVO y Su magnificente Creación: El Hijo de DIOS (tu Ser, mi Ser, el Ser de todos/as).

KHAAM-EL


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