miércoles, 22 de mayo de 2024

LA LUZ DE DIOS, EN LO HONDO NOS INFINITA

    
Desolada el alma, acabada la calma. Más, elevarse por encima de los pensamientos acerca de las vicisitudes de lo transitorio y mundano reconforta el alma, recobrándose así la perdida calma. Por tanto, ahondemos, meditemos, oremos, desliguémonos de juicios y prejuicios, de expectativas y melancolías: ahora, aquí, con Fuerza y Amor, en lo íntimo, DIOS ES, iluminando dulcemente nuestro corazón, haciéndolo florecer, y alzándonos hasta lo infinito, hasta la celestial plenitud del Espíritu; pues todos somos en ÉL, Uno.

KHAAM-EL


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