Empezar por el final es errar nada más comenzar, porque la prisa pasa por alto lo obvio, distraída con la mundana expectativa de obtener el sujeto u objeto de su esfuerzo. Mas, la plenitud anhelada por el alma no se halla en ningún logro o posesión, tampoco pasa por instruirse en un saber especial, ni siquiera en una emoción/sensación determinada.
Aquí y ahora, viviendo el presente con presencia, con consciencia, con desapego al resultado futuro, buscando la Verdad en él, aquello que es más allá del tiempo y las formas se hace patente; lo real e indisputable asoma disipando las brumas de lo ilusorio, corrigiendo yerros y armonizando discordancias: la paz de Espíritu y su bienaventurada plenitud, oh, maravilla, se manifiesta como nuestra naturaleza inherente, medular e inalterable... Pura Divina Unicidad. El presente ya es Presencia Insondable de Comunión. Así que quien tiene auténtica fe, fe viva en DIOS VIVO, busca la Luz en la Luz, y camina resuelto en Ella, por Ella y para Ella, despreocupado y feliz; sabiendo que nada sustancial le falta, ni sobra... A cada jornada le basta con lo que en ella hay, a cada paso lo necesario para vivienciar y extender el Infinito Amor de DIOS, en su justo momento, está siempre disponible.
KHAAM-EL
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