domingo, 23 de agosto de 2015

NO ANHELAR LO IMPERMANENTE TRAE LO MILAGROSO

   El rastro del dolor serpentea por el tiempo como una insidiosa culebra que tienta a buscar fuera la felicidad cuando, ésta, no se encuentra separada de ti. Las memorias que declaran, con altivo victimismo, sentirse expulsadas del Paraíso, porque esperan que les traigan otros la dicha, inventan a un dios o a un demonio o a un caprichoso azar a los que culpar para seguir, así, fabricando excusas con las que perpetuar su identidad particular. No sigas por esa ruta a ninguna parte. Reposa en el reposo de la mente para silenciar toda esa pérfida insensatez revestida de teorías peculiares con las que procurar tener razón. Sé, para ti, el jardín anhelado y recordarás de nuevo que siempre fuiste el Paraíso que creías perdido, porque ni el dios ni el ateísmo ni el ocultismo ni el cientificismo emergidos de un conceptual ego tienen realidad efectiva. Lo que no es esencial no es causal y no produce efectos. El inicio y el final (y todo lo que abarcan) se encuentran limitados por el transcurrir del tiempo, por lo que no pueden generar consecuentemente nada permanente, tan sólo pergeñar ilusiones de convincente atracción (como la identificación con los personajes de una película cinematográfica). A lo que es antes del antes y es después del después es a lo que has de prestar toda tu atenta consciencia... no te devanes los sesos por todo aquello que el tiempo desvanece y permanece fiel a lo eterno,.. abandónate al ahora y todo lo que parecía oculto saldrá ala luz, mientras que todo lo que creías saber se difuminará en la claridad infinita de un esplendente presente libre de memorias y juicios perceptivos.

  ¡Ay! el mundo... se aja todo lo nuevo y se hace aburrida finalmente, por repetida, cualquier moda. Todo saber mundano queda al poco obsoleto y la fama es veleta incierta. En él el poder cambia rápidamente de manos y la riqueza se convierte en escasez de improviso... buscar con denuedo la alegría en el mundo acarrea llantos y quebrantos; mientras que dejar de anhelar lo impermanente trae lo milagroso, porque no proyectarse en el tiempo y sus afanes nos deposita dulcemente en el Amor presente que todo lo bendice e infinita.

   Indaga en lo espontáneo, constante y presente de la consciencia, en aquello que es libre de condicionantes y expectativas personales... plántate con convicción en el ahora, fructifica en tu jardín... ahonda en el meollo del silencio mental y conocerás la abstracción, lo intangible, santo e inefable, la perfección de lo sutil, lo indescriptible, bienaventurado e inimaginable, reconociendo por su plenitud que es cierto, real y totalmente consistente; por contra, la conceptualización de la vida, sin embargo, no es más que una arrogante torre de Babel condenada al fracaso, el desmoronamiento y la dispersión. Sí, amigo/a, no dudes ni te demores ni siquiera por un mínimo instante más...  no le des crédito a la impermanencia, profundiza en lo insondable, en lo no calculado ni calculador, y confía en ello... lo milagroso guiará tu despertar a la infinitud del Ser.. a Dios en tu corazón y en el corazón de todos.

KHAAM-EL




Ama desde el jardín de tu alma con todo tu corazón... 




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