sábado, 8 de agosto de 2015

NO APRECIES LO QUE DESPRECIA +

   No persigas en el futuro momentos pasados. Detente ahora en conciencia y aprecia la plenitud esencial que eres. Sé congruente y no aprecies al ego que te desprecia con sus limitadoras creencias y ahonda en lo increíble que eres... Comprende que cuando la nostalgia o la frustración (que son dos caras de una misma moneda) impregnan tu recuerdo, el llanto llama a la puerta de tu corazón y cuando entra en él la tristeza, el resentimiento se justifica, sin freno, para conducirte hacia su expresión mediante odiosas acciones revestidas de altaneras razones. Sí, no hay vuelta de hoja, la nostalgia y la frustración son dos aspectos de una misma idea: el miedo. No lo escuches o su ruindad arruinará tu vida... no aprecies lo despreciable, nunca da nada ciertamente valioso. Quédate con la pureza del ahora, sin juicios pretéritos que pelean en el presente emponzoñando el flujo de tu vivir. No retrases tu decisión de ser feliz, ahora; siempre, ahora. Desarrolla el fecundo hábito de desterrar toda añoranza o reproche de tu recuerdo y, con prontitud, mantente en paz con la vida... retoma el poder en tu conciencia y asume que son tus propios pensamientos, y jamás algo externo, los que te perturban y por tanto, en última instancia, son la piedra angular de tu salvación. Tú decides: o pensamientos de pesar o de dicha, o pensamientos de encogimiento o de plenitud, o pensamientos de desconfianza o amorosos, o pensamientos de resentimiento o de perdón... tú, no eres tus propios pensamientos pero sí que experimentas los efectos de tu creencia en ellos. Tú, eres la conciencia que elige que pensamientos tener, por eso es crucial que seas consciente de ser consciente para mantener y expresar, únicamente, aquellos pensamientos que manifiesten unicidad, fraternal unicidad, bendita y amorosa unicidad.

 Despídete de lo transitorio. Comprende que en el tiempo/espacio todo, como lo modelado sobre la arena, acaba por desaparecer. Decide en favor de lo eterno y esencial. Líbérate de la reducida idea que tienes de ti. Despreciar lo despreciable lleva inevitablemente a apreciar lo que sí es apreciable, aquello que en esencia sí es valioso porque es para siempre, porque comparte bendiciones que extiende con la alegría que mana de la paz de espíritu, porque no transige, ni por un instante, con decepcionantes razonamientos, porque admite, acepta y ejerce la divina voluntad de ser libre de toda limitación para morar, consciente y pleno, en lo real; porque, como señala Sri Nisargadatta Maharaj en 'Yo Soy Eso': 'La realización consiste en comprender el hecho de que usted no es una persona. (...) La libertad consiste en ser libre de algo. ¿De que se va a liberar usted? Es evidente que debe liberarse de la persona que cree ser, puesto que la idea que tiene de sí mismo es lo que le esclaviza. La persona se elimina por decisión. Comprenda que la persona debe irse, debe desaparecer. Desee que desaparezca y desaparecerá, si usted es serio al respecto. Alguien le dirá que usted es consciencia pura y no un cuerpo/mente. Acéptelo como posibilidad e investíguelo seriamente. Puede descubrir que es así, que usted no es una persona limitada por el tiempo y el espacio. ¡Piense en la diferencia que eso originaría! (...) si se queda con la idea de que usted no es el cuerpo ni la mente, ni siquiera el testigo de ellos, sino algo que está totalmente más allá, la mente crecerá en claridad, sus deseos en pureza, sus acciones en caridad, y la destilación interna lo llevará a otro mundo, un mundo de verdad y de amor sin miedo. Oponga resistencia a sus viejos hábitos de sentir y de pensar y continúe diciéndose a sí mismo: 'No, no es así, no puede ser así; yo no soy así, no lo necesito, no lo quiero', y llegará un día en que toda la estructura del error y la desesperación se derrumbará y el terreno quedará libre para una nueva vida. Un ser humano debe estar siempre en rebelión consigo mismo, porque el ego, como un espejo tramposo, mengua y distorsiona. Es el peor de todos los tiranos. Liberarse del ego es fruto de la autoinvestigación."

   En consecuencia, no aprecies lo que desprecia (el ego), que, con todos esos viejos hábitos de sentir y de pensar de forma personal y separada y diferente y especial y desconfiada, te acorrala en su infierno, donde tanto dolor te trae, finalmente, por obtener unas míseras migajas de justificación que engañosamente parece ofrecer esa frágil creencia egoica de tener razón frente a los otros. Quédate en paz en aquello que está más allá de creencias y suposiciones; apreciarás, sin injerencias, lo apreciable: la plenitud esencial del Ser Indiviso.

   Medita con honesta constancia. Cuestiona tus cuestiones personales. Desea no desear cosas ni tampoco persigas exclusivas relaciones personales, al decidir no querer personalizarte, tú mismo, más... Mantente congruente y firme. Sé coherente con tu autoinvestigación, con esa constante autoindagación de íntima responsabilidad esencial... no te identifiques con lo personal y apreciarás de nuevo lo verdaderamente digno de todo aprecio, lo esencial y puro y feliz y bendito y santo y claro como las aguas cristalinas de un lago reflejando el azul del cielo; porque, si descubres el cielo en tu interior, ya todo será cielo. Investígate, con constante honestidad, y desecha todo lo que no sea digno de todo aprecio, abandona el miedo y sus tristes planes... sigue, únicamente, la dirección que te señala la paz mental ahora, siempre ahora... y el error que perturbaba tu ánimo desaparecerá, para siempre, tras descubrir la realidad de tu bienaventurada infinitud... tú ya eres Eso, desechando las ideas personales.

KHAAM EL



No aprecies el resentimiento ni la queja
y apreciarás lo esencial de la vida...

Reconocerás felizmente la plenitud del Ser




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