miércoles, 19 de agosto de 2015

NO TE AGARRES A LAS NUBES

   Permanece en lo permanente y lo impermanente dejará de afectarte. Detrás de cada rostro hay una misma esencia de amor y vida. En lo profundo todo es alzado hasta el infinito. Cuando nada hay que dispersa tu observancia del presente encuentras que siempre has estado presente en los sustancial, porque no existe periferia sin núcleo... las formas cambian, vienen y van, aparecen y se esfuman, pero lo nucleico permanece.

   No caigas en la soberbia de agarrarte a tu forma o te pegarás un soberbio batacazo. Nunca fabriques nebulosos futuros revestidos de oro o te sentirás pobre, muy, muy pobre. Nuestro tránsito por el mundo es como las nubes, un momento determinado adoptan una silueta, luego otra y así, sucesivamente, hasta desvanecerse en el cielo abierto y puro... mas en lo esencial, éstas, ya son cielo, sea cual fuere la efímera configuración adoptada.

  Todos los colores suceden en la transparencia, por lo que nunca pueden ciertamente ocultarla. Las formas se suceden en lo infinito y no tienen perceptiva posibilidad de limitarlo, clasificarlo o definirlo, porque ningún límite tiene duradera consistencia, ninguna elaborada clasificación puede esquematizar lo inesquematizable y ninguna percepción puede sentir jamás lo trascendente. Los resultados en lo variable, al ser ellos mismos variables en esa incesante y recurrente sucesión de acontecimientos, no son, de ninguna de las maneras, resultados fiables. Comprende que, la distancia entre las nubes y el cielo es nula, por lo que la relativa distancia entre las mismas no tiene, ciertamente, significado ninguno.

   No cuestiones cuestiones que no dejas de cuestionar, una y otra vez, para seguir cuestionando cuestiones y así distraerte de lo esencial. No las quieras entender. No es posible. Déjalas pasar como nubes en tu mente...

  Concédele, únicamente, crédito a la verdad y no relativices tu identidad comparándola con impermanencias de edulcorado dulzor... no des nada por supuesto y descubre, con agradable sorpresa, como es el tiempo quien acaece en la eternidad y nunca a la inversa; consecuentemente, no te agarres desesperadamente a tu humana corporeidad o sufrirás, y no te dejes engullir por la hipnótica fabricación de algodonosas nubes porque, éstas, más pronto que tarde, trocarán en oscuros y furiosos nubarrones que atormentarán tu ánimo... quedar esclavo de ilusiones, por bellas que parezcan, no es sino ruina y pesar. Despídete de todas ellas con firme decisión. Acepta lo evidente, aquí y ahora, decidiendo en favor de la libertad aunque en un principio te desconcierte. Así, toda resistencia conflictiva finalizará, y experimentarás, sin retraso, la ilimitada y gozosa liviandad del espíritu inmaterial, eterno e indiviso que, por siempre, eres.

KHAAM-EL




Traspasa las nubes para siempre.



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