No hay nada oculto ni secreto en la sencillez de la Verdad. No hay escalafones ni grados que valgan a la luz del Amor, todos los seres son en esencia puros en el espíritu inmortal que les sustancia, mientras que la pasajera urdimbre que los hilvana, en tiempo y forma, no tiene consistencia ni crédito para emitir definitivas sentencias acerca de nadie. Lo arcano o esotérico es un delirio febril por explicar y dominar lo desconocido y de pretender someter a los dictados personales del deseo temporal a aquello (lo divino) que es indefinible, impersonal e infinito. La Luz de la Verdad atraviesa con rotunda claridad todo entramado que pretenda vanamente ocultarla con múltiples sofismas o tretas. Acalla el blablabeo de la mente para que sólo haya Mente Indivisa. Valorar diferencias culpabiliza, compartir y reconocer lo esencial restaura la inocencia primigenia.
No hay locura mayor que la revestida del pomposo autobombo de creerse por encima de los demás, considerándolos como plebe, no creyentes, no practicantes o no iniciados, según sea la historia que se cuente cada cual. Ni escuadra ni compás pueden abarcar a Dios. No hay pueblos mejores ni peores. No es más un budista o un advitín, por poner un ejemplo, que un cristiano, un musulmán o un ateo, ni tampoco menos. Ninguna sabiduría esencial del pasado es mejor ni peor que esa misma expresión esencial en el presente, sencillamente porque el tiempo y sus formas son ilusorias. No te engrías pues supniendo que 'tu tiempo' es mejor o peor que el de otro, o serás juez de ilusiones y al estar tú mismo suponiéndote una, te condenarás. Simplifica, no acumules conceptos, cosas o seres, permanece humilde, presente, consciente... y la liberación se evidenciará.
Idolatrar el pasado lastra el futuro al cegar el presente con añoranzas imaginarias. Lo que fue o está por venir carece de significado real. No hay logias ni cursillos vendedores de mágicas soluciones que expliquen ciertamente lo sustancial e inefable, o no se esconderían tras un elitismo mal disimulado, valorando lo enigmático como fuente de sabiduría, ni mucho menos se lucrarían dosificando y reglando -a su interés particular- un batiburrillo de fantasías y normas las más de las veces contradictorios entre sí. Medita sin pretender ser un meditador... ahonda sin suponer lo que vas a experimentar en lo ahondado... Sé sencillo, comprende que sentirse y actuar como un superior moral 'que cuela mosquitos y se traga camellos' 'fijándose en la paja del ojo ajeno sin quitar la viga en el suyo' es una estupidez que no lleva sino al conflicto y al desastre, puesto que dictaminar leyes y reglas no tiene porque ser sinónimo de justicia si éstas parten de premisas falsas y ciegas. Aquiétate. Reconoce la ignorancia de lo egoico, tejedora de fantasías e impermanencias y sólo sé... ahora, aquí, en paz.
No albergues expectativa alguna... vacíate de todo lo que llena tu corazón de vanos sueños personales que te esclavizan al mundo de lo efímero y te sabrás esencialmente libre, feliz y en plenitud. Ahonda... Indaga... Toda elucubración desvaría. Cualquier comparación de transitoriedades, yerra; y punto. No te cuentes historias, no digas nada, no pretendas nada... sólo sé. Interioriza con consciencia. Lo imaginario queriendo ser real llora su irrealidad buscando posibilitar lo imposible, porque reír queriendo tapar lágrimas finalmente las hace desconsoladas. No uses tus ensueños personales para usar lo que en ellos percibes a tu especial antojo y despertarás, al no sentirte usado ni frustrado por la proyección de tus inconsistentes imaginaciones. Comprende... ya eres lo que Es... quédate en paz, en este preciso instante, en la quietud de un corazón presente y lleno de Amor, y la Realidad -en toda su gloria- no se hará esperar. Nunca hallarás la llave de la dicha yendo de aquí para allá o atesorando conceptos con los que distraerte de ti mismo, pues todo lo esencial está en tu interior... ahí, Dios, te encuentra. Deja que el Amor deshaga cualquier imaginado desamor y te recuerde Ser. Acepta. Aquiétate... no busques afuera... no hagas ni digas nada, sólo sé, y la Luz brillará desde lo profundo a lo infinito en una indivisa plenitud.
KHAAM-EL
Reconoce tu sueño infeliz para poder ser Feliz... Sé en paz, pura paz de espíritu, y la ola del perdón y la compasión te devolverá a la Dicha del Amor.
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