Quédate presente en el espíritu y no vagarás en particulares ensueños de destierro, sufrimiento, carencia y muerte.
¿Qué buscas realmente en tu vida? Dudar y sopesar agitan el ánimo, mientras que el temor, de ello derivado, angustia y martiriza al procurar escoger, incluso a pesar del prójimo, lo provechoso frente a lo considerado temible. Cuando perseguir algo, desde lo comparativo y egoico, acrecienta la avidez que asola la paz mental. No fabriques más bucles de pensamiento que yendo tras la dicha personal sólo acarrean mayor desdicha; ya que, por su naturaleza exclusivista, el deseo estimula la acción irreflexiva e invoca a la desgracia. Lo que se quiere poseer se escurre entre los dedos que lo aprisionan o perece estrangulado por el ansía desmedida que lo aferraba. Apacigua el ánimo y mantente ecuánime, comparar divide y clasifica difuminando la paz con aparentes conflictos cargados de prejuicios.
¿Adónde llamas? Todo cambia y desaparece en el mundo, dejando un regusto amargo de perdición a todo aquel que quiere establecer en el mundo su hogar permanente. Ir y venir, en un trasiego incesante buscando lo permanente en medio de lo impermanente, no te lleva realmente a ningún lugar definitivo, pero sí trae una crónica fatiga existencial que nunca deja reposar de veras ni trae alegría y sosiego duraderos.
¿Pides la Verdad o te la arrogas de forma personal? Reconoce que un sinsaber pretendiendo saber acrecienta la ignorancia; pues generar dilemas no es inteligente, porque responder a preguntas inacabables, que surgen de respuestas parciales no te acerca a la auténtica sabiduría. Comprende que únicamente lo definitivo se responde a sí mismo en completud sin un resquicio de duda.
Nunca es suficiente con lo impermanente. Sólo lo eterno basta.
Simple, sencillo y nada complicado, en su bondadosa claridad: No te conformes con transitoriedades que siempre te dejan hambriento y sediento. Busca la Verdad. Llama a la Verdad. Pide la Verdad... Y lo eterno, en su plenitud, te liberará de tu atormentada y dolorosa esclavitud en tiempo/espacio. Lo indiviso, amoroso y santo, Dios, en la perfección de Su Divina Unicidad, no tiene opuesto y, por eso, es Verdad. Descansa feliz en Él y Vive. ¡La muerte no existe! Encuentra, entra y recibe, ahora, en la total apertura del corazón, el Cielo.
KHAAM-EL
Dedícale esta canción a la Verdad, a Dios,
y sé feliz en la plenitud del Amor.
y sé feliz en la plenitud del Amor.
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