ES LO QUE ES Y LO QUE SIMULA NO ES +

   Intentar dividir lo que es en esencia indivisible es una angustiosa pesadilla que replica en su fantasía la inconsistencia de semejante idea. La locura simula cordura pero no es sino partición, distorsión e inquina simulando particular compleción en su proyectada incompleción. Vislumbrar las consecuencias de semejante sistema de pensamiento nos evidencia que cualquier comparación es insostenible por su aleatorio y particular punto de vista. Debatir peculiaridades alimenta lo conflictivo porque sentirse especial e importante en lo divisor es especialmente doloroso por su irreflexiva reflexión particularista. 

   Permanecer atento a la consciencia deshace ilusiones y desvaríos tomados por realidades. Conocer es unicidad e ignorar, separar. Lo fragmentado reniega de la paz por mantener su razón en una sinrazón exclusivista. Lo separado se disgrega en incomprensible afrenta diferencial porque realzar lo personal fabrica soledades queriendo mitigarlas y trae beligerancias hablando de concordias. La intolerancia transige con las ilusiones creyendo en el sentir superficial y variable del mí frente al ti, de los míos frente a los otros, de mi tierra frente a otras tierras, de mis preferencias frente a las contrarias. Comprende que la clave de todo el entuerto se halla en el mí, en la cerrazón personalista, en el endiosamiento de lo particular en contraposición al prójimo... el ombliguismo no es sino ceguera. Ábrete a la mirada del Amor y despierta de tu dolorosa pesadilla especial... "Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo". Fingir Amar no tiene significado ni trae verdadero Amor. Sé congruente y no aparentes, ahonda en ser ahora. Abandona los antes y los luegos. Ama por el Amor mismo; no hay razones para el Amor, el Amor es la razón. Estate pues realmente presente para el Amor y lo indiviso regocijará tu corazón desvaneciendo todo miedo o angustia. Sencillo: Es lo que es y lo que simula no es. Lo interno de lo interno se infinita y lo externo de lo externo se intima, unificándose en la llenura de lo inseparable. El devenir deviene en un flujo y el flujo es uno. Las notas devienen en música y la música es una...

   La vida verdadera no conoce la separación ni la muerte porque al ser del espíritu es intemporal y en plenitud. No necesita simularse ni replicarse, ni aparecer y desaparecer para después reaparecer en ciclos de cansina diferenciación monótonamente repetitiva. Parecer separado no significa que realmente lo estés. ¡Ojo con lo que piensas! No luches ni te afrentes por el mundo o sufrirás en ese trágico empeño, porque lo que se siembra se recoge, "el que a hierro mata a hierro muere". Vive la vida con Alegría, en paz, con clara conciencia, deja que la música del Amor te llene, y no te apegues a las transitorias y disonantes diferencias de los efímeros poderíos con pies de barro. Recuerda: "el Reino de Dios no es de este mundo". Y no te digo que creas esto último a la ligera por el mero hecho de creer (eso no sirve más que para alimentar hirientes fanatismos disgregadores) sino que ahondes y medites y reflexiones, para que la experiencia viva de la certeza de la plenitud alboree de nuevo en tu consciencia y la rotundidad de lo indiviso, en su incontestable bienaventuranza, bendiga cada instante de tu vida en el inevitable y feliz retorno al Cielo junto con el prójimo.

KHAAM-EL

Todos somos Uno en el Amor de Dios. 
Vive la Vida feliz y hermanado.