jueves, 14 de mayo de 2020

DIOS Y NIRVANA NO SON TÉRMINOS CONTRAPUESTOS EN LO ESENCIAL

   Cuando te topas con la Verdad, no es algo que se encuentre allá afuera, sino que es un encuentro interior con la infinitud del Ser, que te acoge desde lo más sagrado e íntimo de ti. Nada está separado, excepto en apariencias de endeble y efímera condición. La nube es atmósfera, la ola es océano, las flamas de una estrella son estrella, un dibujo en una pared es también pared... Ergo, cada momento del tiempo es todo el tiempo; y, éste, es inseparable de la intemporalidad que lo abarca y sustenta. Por eso, la vida no perece -eso es una incongruente absurdidad- sino que fluye, se transforma y retorna desde lo deteriorable a lo inmarcesible, desde lo aparente a lo real, desde lo transitorio a la eternidad, desde lo vano a lo esencial, desde lo falso a la veraz, desde lo separado a la unidad, desde lo aterrado y resentido al amor, desde lo conflictivo a la paz, desde la oscuridad a la claridad, desde lo angustiado e infeliz a la dicha de ser, desde lo finito a lo infinito, desde lo cambiante a lo inmutable, desde lo tangible a lo intangible, desde lo quebradizo a lo invulnerable, desde el pecado a la inocencia, desde el cuerpo al espíritu, desde la malicia a la santidad, desde el pensamiento a la consciencia en sí, desde lo calificable a lo inefable, desde la cantidad a lo esencial, desde lo secuencial a lo simultáneo, desde lo dormido a lo despierto, desde lo que parece a lo que es; sencillamente, porque -en verdad- retornamos a la plenitud, que no pudimos abandonar, desde una proyectada e imaginada separación que no afectó ni un ápice a la Plenitud original. Todos los opuestos se trascendieron en el principio, todos los problemas estuvieron siempre resueltos. Aquí y Ahora DIOS es. Ahora y Aquí, NIRVANA es. Este mundo perceptivo de samsárico giro, no es. DIOS y NIRVANA, por tanto, no son términos contrapuestos, sino dos vocablos usados para nombrar lo que está más allá de todos los nombres, esa Realidad Suprema que lo relativo no puede condicionar ni limitar. No nos peleemos más por palabras, creencias o doctrinas; vayamos a lo sustancial, al espíritu de la letra, a la luz que ilumina toda mente y a la compasión que abre todo corazón. Jesús, el Cristo, y Siddhartha, el Buda, comparten un mismo Amor, una misma Luz. Vacíos de ego: llenos de DIOS, indistintos de NIRVANA.

KHAAM-EL



Ora... Medita... Recuerda... Y ten presente
que DIOS y NIRVANA nunca han sido términos contrapuestos, 
sino dos vocablos usados para nombrar 
lo que está más allá de todos los nombres, 
esa Realidad Suprema 
que lo relativo no puede condicionar ni limitar. 
No nos peleemos más por palabras, creencias o doctrinas; 
vayamos a lo sustancial, 
al espíritu de la letra, 
a la luz y a la compasión 
que iluminan toda mente y abren todo corazón.



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