LA VERDAD ES COMUNIÓN Y LO FALSO IMAGINADA DESUNIÓN

   No hay un mañana que nos pese sin un ayer que nos angustie. Por eso, como dice 'Un Curso de Milagros', "el perdón es la llave de la felicidad". Cada cual actuó cómo sus propios pensamientos creyeron conveniente desde una reducida y reductora idea de sí y del prójimo, en un hacer creyendo saber lo conveniente, pero que -por esa idea reducida y reductora de sí y del prójimo- en realidad no sabe, y terminó por realizar lo más inconveniente. Luego, el mal es lo falso, ignorancia, ausencia de sabiduría al optar por la suposición y la sospecha en vez de por la claridad y la certeza; mera miopía del alma que sólo mira para sí, endurecimiento del corazón bondadoso que se cierra y endurece por miedo a que lo rompan, rigidez mental que intenta disimular su propia confusión, evasión de la responsabilidad achacándosela al otro. Mas, en esencia y en verdad, el otro no existe como tal. La vida es una interconexión de consciencia danzando al compás de la potencialidad de la relación. Y ésta relación puede ser, en términos de 'Un Curso de Milagros', especial o santa. No hay más. Si se escoge la especial, se seguirá en el resentimiento que proviene del significado dado a los juicios del pasado que se proyectan sombríamente sobre el futuro, repitiendo en él los mismos errores (pecados) de pensamiento, obra u omisión; pero si la escogida es la relación santa, la que asume la decisión de no condenar a nada ni a nadie por lo acaecido en la vida de uno, liberando al prójimo de la carga que le queríamos imponer sobre nuestro desánimo, sufrimiento o rabia, milagrosamente, somos liberados de la nuestra (de nuestros juicios malvados, falsos y divisores, de todos esos errores de ignorancia creyendo saber). Con confianza, honestidad y generosidad, con una humildad intransigente que no da valor al interés personal, incluso el de la propia iluminación o acercamiento exclusivo a la Divinidad, gracias al reconocimiento de que al Paraíso, al Cielo, a la Infinitud del Ser, a la Realidad, al Absoluto, a Dios, al Nirvana, o como prefieras denominar a Lo Inefable, se accede siempre y únicamente junto al prójimo y no aparte de él. La Verdad es comunión y lo falso imaginada desunión, simple y sencillamente, porque tod@s somos Uno en el Santo Espíritu de Dios. 

   Sé feliz. Queda en paz. No temas. Los errores son para la corrección no para el castigo. Acéptala totalmente, ahora, aquí, recordando con consciencia las bellas y rotundas palabras acerca del Juicio Final de Dios, plasmadas en 'Un Curso de Milagros': "(...) el Juicio de Dios es el don de la Corrección que Él le concedió a todos tus errores. Dicha Corrección te libera de ellos y de todos los efectos que parecían tener. Tener miedo de la Gracia redentora de Dios es tener miedo de liberarte totalmente del sufrimiento, del retorno a la paz, de la seguridad y la felicidad, así de como de tu unión con tu verdadera Identidad.

El Juicio Final de Dios es tan misericordioso como cada uno de los pasos de Su plan para bendecir a Su Hijo y exhortarlo a regresar a la paz eterna que comparte con Él. No tengas miedo del amor, pues sólo él puede sanar todo pesar, enjugar todas las lágrimas y despertar tiernamente de su sueño de dolor al Hijo que Dios reconoce como Suyo. No tengas miedo de eso. La salvación te pide que le des la bienvenida. Y el mundo espera tu grata aceptación de ella, gracias a lo cual él se liberará." 

   Y, ahora sólo queda la felicidad. No hay ya yugos ni fardos que nos pesen o agobien al no acusar ni atacar al prójimo.... Por la Gracia, al fin, el perdón se ha extendido a lo ancho y largo de este mundo y se ha consumado. Lo falso (el ego y su mundo) es falso e ilusorio y la Verdad (el Amor de Dios), en su realidad eterna, nunca pudo dejar de serla.

KHAAM-EL

Mira más allá de tu miedo

y contempla la devastación que éste trae.

Despierta y sal de tu pesadilla de: 

"... y se casaron y comieron perdices".

Creer lo falso verdadero

imagina erróneas soluciones
al juzgar problemas donde no los hay,

y los fabrica.

En la Divina Unicidad

todo el sinsentido del mundo aterrado, egoísta y ciego,

es nada.