jueves, 7 de mayo de 2020

EL ETERNO ESPLENDOR DE LA VIDA

   El esplendor de la vida trasciende la figurada limitación de la materia, que no es más que una ilusión de fugaz trama retroalimentándose por la proyección de una compulsiva búsqueda de supuestos futuros más sólidos y mejores, en un vano e insensato intento de ocultar su persistente endeblez presente. Porque no hay ilusión que perviva a la luz de la consciencia plena, que no se desvanezca completamente con el poderoso brillo de la visión esencial, que no evidencie cómo nada  la arrogante construcción mundana. Aprovecha, pues, resueltamente, tu tiempo en el tiempo no apegándote a su corpóreo embrujo, para poder, en tal envite, despertar y vivenciar de nuevo el  eterno esplendor del Santo Espíritu que nos alienta... la gloria de la Divina Unicidad que nos libera de toda miseria o temor que pudiéramos haber tomado por posible... la dicha inconmensurable del Amor de Dios que nos une y regocija... la paz que está más allá de todo humano entendimiento, desactivando y trascendiendo cualquier conflicto por complejo u odioso que llegará a mostrarse... la bienaventuranza del Ser que es sin surgimiento ni desgaste, en plenitud y comunión con todo el creador despliegue de la Vida que en lo nucleico ya somos. Y, ahí, en ese eterno esplendor recién recobrado, sólo podemos decir amén, aleluya, namaskar, bendiciones... Todas las palabras quedan en nada para expresar el gozo que desborda el Corazón de corazones en el que sabemos no podemos dejar de latir.

KHAAM-EL



Siente la desbordante y liberadora alegría que de tu corazón brota
cuando fluyes con el eterno esplendor de la vida,
cuando vuelas por encima de lo meramente mundano
hasta la plenitud del Espíritu...
Cuando convives, compartes y extiendes
la universal bendición que está más allá de las palabras,
más allá de conceptos, formas, tiempos y circunstancias;
en el centro mismo de un presente inacabable
que engulle todos los eones de un solo bocado,
dejando únicamente lo esencial, lo santo, lo veraz:
el inacabable Amor de la Divina Unicidad.



No hay comentarios:

Publicar un comentario