jueves, 28 de mayo de 2020

EL ESENCIAL ARTE DE VER CLARO

   Nombrar aquello que surge para al fin desaparecer es nombrar espejismos, ya que suponer que ver es ver eso que cambia, en verdad es: no ver. Pues, lo que no es visto en su esencia inmutable no se conoce en profundidad. Tan sólo mira tu mirar, observa qué es observar, qué es definir, qué es catalogar, qué es juzgar el bien y el mal. Creer ver y considerar que eso visto tiene significado es una terrible distorsión que únicamente ve lo que desea o teme, desdeñando la pureza insondable que lo articula y envuelve. Quedarse en la epidermis de las cosas -o incluso en sus vísceras- es miopía, si no directamente ceguera suponiendo ver la completitud. Mira ¿las cosas, los objetos, los cuerpos, aun en sus vísceras, son sólo lo que parecen ser por lo que muestran un lapso de tiempo? Ahonda. Reflexiona. Comprende. Una fracción es una falacia de unidad propia y exclusiva pretendiendo definir la unidad de la que surgió como escindida o desmembrada. Luego, la fracción egoica que dice que es una unidad frente a otras, es una falacia. El ego, si miras con atención consciente, no existe, no puede existir. Lo moribundo y dañado nada tiene que ver con la vida. Un parpadeo hiere lo contemplado por la reiterada oscuridad que le impone; más, un párpado abatido para siempre amortaja la imagen que contemplaba al, él mismo, amortajarse. ¡Despierta! No hay pálpito ni verdadera vida cuando turbulentos juicios viscosos y tristes embadurnan lo esencial con volátiles átomos y errabundos mundos de egoica reactividad sensoria. Los sesos, las neuronas, las dendritas..., no son la mente, ni la mente derivada e imaginada por esta identificación (las diferentes personalidades egoicas) puede contener a la Consciencia en Sí... a la clara Visión del Espíritu... al puro Ser.

   Los objetos perceptivos pelean contra el espacio que los contiene y los subyace para justificar sus efímeras superficies... Todo poliedro o constructo mental genera sombras desde su particular límite de especial contorno, tal como cualquier esfera es un punto inflado semejante a un ego desesperado que carece de ámbitos de inorillado flujo. Abre tu mente a lo sin forma... a lo sin definición... a lo incuantificable e insondable. ¡Despierta! La Visión veraz responde ante la Voz de lo intangible acallando la irredenta e incoherente verborrea de la ceguera egoica... Sin una brizna de luz, sin una brizna de amor, sin una brizna de paz... el espíritu y el corazón enmudecen rotos, imaginándose amargamente divididos por sus propios ensueños de querer salir del imaginario ensueño de lo segmentado. Sólo la Visión de lo eterno y santo redime al alma de su delirante soledad; cualquier otra percepción confunde y engaña, cualquier otro concepto quiebra el trasfondo con múltiples imágenes enfrentadas por el éxito fugaz de un momento cumbre que fracasa por su impermanencia... después declive, resistencia, angustia, frustración y féretro. No busques, pues, calor en lo gélido ni refugio en lo opresivo. La calidez añorada de lo pleno, cuando el frío y oscuro velo del ego surge como una lápida opaca que oculta el eterno jardín de la limpia mirada, parece enfriarse a la sombra de las formas idolatradas... Comprende que, así, no pueden contemplarse las anheladas transparencias de infinita luz extendiéndose jubilosamente en lo santo. ¡Despierta! Mientras el espejismo de lo formal encorsete el libre vuelo del Espíritu con sus sentencias de separativa índole, el llanto y el quebranto serán inesquivables por un necio ver sin Ver, por un engreído oír sin Oír, que aridece los caminos del fértil alma con la febril ansia de mundanidad que olvida lo sustancial al dotar de sentido al sinsentido.

   La Verdad, el significado sin controversias vanas, el sentido sentido en plenitud, no se experimenta cuando uno se imagina innumerables conceptos contrapuestos dentro de sí mismo como reales aspectos a conjuntar o desenmarañar en vez de a apartar. Y, por eso, cae la noche triste e infausta. Y cae como fatal presagio cuando, ausente la mirada de la plenitud por propia proyección, imagina el sueño fútil de un mundo efímero y segmentado, en el que lo oscuro parece claro y lo claro es desdeñado si no atacado. Más, insisto, amig@, ¡despierta! Atiende a lo inmediato, a lo directo, sin cálculos ni expectativas... Ser nunca es aparecer para desaparecer. Contempla tu contemplación del presente con presencia impecable y ecuánime desapego. Mira a la mirada y verás de nuevo lo esencial. Escucha a la escucha y oirás como antes de cualquier principio terminal. Sí, Visión es abrir la mirada a lo infinito despertando del onírico letargo de los contornos rígidos... Eternidad es no tiempo. Paz es comunión. Amor es Dios... ser Ser en inefable ilimitud viviente en lo Viviente. Dicha. Realidad Inmutable. En lo sin apegos ni rechazos despunta a su tiempo, aunque tarde eones (en un instante que engulle todos los instantes), el alba de una noche imposible. El fin de lo imaginario conduce a antes de su propio y aparatoso origen. Sencillez. Visión pura. Visión incomparable. Ahora. Aquí... Y este, sencillamente, es el esencial arte de Ver Claro.

KHAAM-EL



Cierra la cerrazón que el ego llama ver, oír y entender
y se abrirá la puerta que siempre ha estado abierta.
Suspende todo juicio personal y aprobarás,
hallando lo que siempre estuvo:
lo esencial, lo eterno, lo sagrado.
Permítele a tu alma guiarte...
abre tu mirada, sí, a lo infinito, a lo inefable,
y verás con claridad.
Comulgar con la esencia del prójimo
es reConocer la nuestra...
unirnos en la solución
soluciona cualquier problema
que pareciera separarnos, angustiarnos o enfrentarnos.



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