Estuve perdido, confuso, equivocado, y en llanto quebré. Desfallecido, al Cielo, con recelos y reproches, clamé. Una noche, un día, y así sucesivamente... Sentíame abandonado y olvidado, perdido y derrotado. Hasta que, desgastados reproches y recelos de puro desespero, una noche se hizo día: tras la rendición de mis personales razones irrazonables, por la gracia, se hizo patente el Consuelo de ser amado en el Corazón Divino. Desaparecí como 'yo', como historia aparte, para ser de veras. Prójimo de mi corazón, no somos el cuerpo ni esclavos del tiempo y sus embates. Esa es la Buena Nueva, el sabor de lo Santo, la completitud de lo Íntegro, la bendición de lo Eterno. Compartirlo es acrecerlo. Proclamarlo vivirlo. Despertar a la Verdad y la Vida desde la creencia en las medias verdades (grandes mentiras) y la identificación con lo que enferma y muere, es intenso e impactante; pero pura Bienaventuranza consumada en la práctica.
KHAAM-EL
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