VACÍOS DE NADA, TODO

    Más allá de lo explicable e inexplicable, ahora, la luz del ser brilla inmaculada en perfecta quietud, indeclinable, cierta y rotunda como un aserto -de tan evidente- incuestionable. Al no tener lo diferencial y exclusivo cabida en lo que no conoce fracturas ofrece una misma y común respuesta interior, disolvente de todas las preguntas que pudieran llegar a cuestionarse desde cualquier egoico posicionamiento: todo lo mundano en su impermanencia es nada y nada de lo impermanente tiene realidad en Todo Lo Que Es, porque lo diferencial/separativo, por su insustancialidad, en su totalidad es vacuidad; y el vacío de lo insustancial, en su perfecta unicidad, es gozosa bendición de Vida Eterna, sin límites ni distancias, sin conflictividades ni egoísmos. Sencillamente, la fragmentación perceptiva de lo personal es un engañoso ensueño que en la íntima Consciencia Plena se disipa sin dejar rastro. Quedando sólo todo lo que trasciende lo que era nada, quedando sólo todo lo que en espiritual comunión se celebra y se extiende ilimitadamente en un 'No Dos' de Vida Plena.

KHAAM-EL