jueves, 16 de junio de 2022

EVIDENTE ES LO EVIDENTE

    El miedo y la mentira en su egoísmo engendran el odio (el Mal), y éste trae conflicto y sufrimiento. El Amor y la Verdad en su dadivosa plenitud alumbran el vínculo fraterno y santo (el Bien), y éste por su empática actitud es fuente de concordia y bendición. 
    En el Amor y la Verdad, en el Bien sin cortapisas e hipocresías, nadie puede adueñarse de otro, ni usurparle sus bienes o difamarle. Lo evidente se acepta y realiza, y no se tergiversa e invalida con justificaciones de abúlica conformidad. Es de Justicia (no del mero e interesado legalismo mundano) que lo que perjudica a uno, perjudica a todos; y lo que agracia a uno debe agraciar a todos. Aquel que a los ojos del mundo es fuerte y poderoso, en la mirada del Espíritu es débil y mísero. Quien se encumbra se degrada y los que sólo piensan en favorecerse a sí mismos olvidan, con su mezquindad, que es en el compartir amistoso donde hay plenitud de vida. Mientras que emplear mentiras para conseguir fines específicos, por buenos que estos sean en principio, es siembra ponzoñosa por lo que -consecuentemente- la cosecha será de la misma naturaleza ponzoñosa. 
    Por tanto, vencer el propio egoísmo es la única batalla digna e incruenta que existe; la única en la que uno se encara consigo para ir más allá de los límites y excusas aprendidos y autoinducidos; la única en la que ser derrotado en lo especial/personal conlleva el triunfo y la consecución de lo esencial/universal, de lo puro, eterno, bienaventurado y rebosante de paz.

KHAAM-EL


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