viernes, 3 de marzo de 2023

LA VERDAD DESVANECE CUALQUIER EGÓTICO RELATIVISMO

    Desde la humana perspectiva, las nubes se desvanecen con prontitud mientras las colosales cordilleras con sus altas, nevadas y majestuosas cumbres nos parecen inamovibles; mas, con el transcurrir de los milenios y los eones, hasta el planeta que las sostiene y el sol que las alumbra desaparecen. Por esto, es claro y patente que todo lo corpóreamente sucedido, obtenido y perdido, que está sucediendo, obteniéndose y perdiéndose, o que sucederá, se obtendrá y perderá bajo la bóveda celeste, es -como dice el Eclesiastés 1,2-: "vanidad de vanidades".
    No hay relativismo que valga en la absoluta plenitud Divina. El parcial entendimiento de la cerebral capacidad egótica, con sus agitadas controversias y sus enfrentados intereses, no pasa de mera erudición, de petulantes hipótesis creídas sapiencia, de intelectual caverna abismal plagada de sombras consideradas altísimas luminarias de comprensión acerca de una 'realidad ' supuestamente tangible (como enseñó Platón es su mito de la caverna), cuando no alcanza siquiera a los sótanos de la verdadera sabiduría: esa incuestionable plenitud que del silencio conceptual brota, que desde la quietud del alma entregada llega, que desde el corazón generoso y fraterno se extiende... Y, cuando lo inconfundible de estar sintonizado con lo sagrado e inefable, con la Verdad eternamente vivificante, absoluta e insondable, por la contundente evidencia -incontestable e inenarrable- de la paz de espíritu que nos embarga y trasciende desde lo más íntimo de lo íntimo, nos sabemos -en espíritu y plenitud- indivisos en el Infinito Amor de DIOS con nuestro prójimo, con la existencia toda y con DIOS VIVO MISMO.

KHAAM-EL


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