miércoles, 15 de marzo de 2023

SER SIENDO PRESENCIA PRESENTE, DIVINA UNICIDAD CON LA VIDA TODA

    Atención interior, comprensión exterior. Presencia presente conocimiento intemporal. La angustia o el sosiego interior no dependen de lo externo; son resultado de una actitud interior respecto a la relación con el entorno: de ansia de aprobación por miedo al rechazo, la primera, y de consciencia y elevación por encima de lo estrictamente personal, el segundo. Convivir con naturalidad, humilde y amigablemente, sin presuntuosidad alguna, es realizar lo sustancial. Sí, amig@, simple pero intenso: no hacer nada en especial, obrando sin ningún afán de notoriedad, es hacer todo lo esencial. Y lo esencial, en sí mismo, es a la vez fuente y receptáculo de amor, paz y dicha.
    
Buscar y buscar, pretender y pretender, sin saber ciertamente qué es aquello que se está buscando o pretendiendo, suponiendo que tiene que ver con uno en especial, queriendo patente de exclusividad o esperando lisonjera palabra, se convierte en un hacer irreflexivo, superficial y a todas luces insubstancial; en un deambular de aquí para allá, 
mendigando atención en un paradójico intento de ser considerado digno soberano de sí mismo con un doloroso emprender buscando alivio, o con un calculado plegarse que intenta entronizarse. En definitiva, la actitud especial/egoica termina por convertirse en una gigantesca confusión existencial, plagada de supuestas creencias coherentes, colisionando con lo que hay, y que no son más que la hueca representación incoherente e histriónica de reinterpretados malentendidos añejos, amalgamados con ingeniosas excusas y reproches de herido orgullo o punzante frustración, que pergeñan toscas, falaces e inverosímiles conclusiones personales ofuscadas en una versión distorsionada de lo que de cierto es, perdidas en una ensoñación particular que desemboca en pesadilla y lamento, en recelo y culpa, en furia y despecho. 
    Despertar a lo real, al verdadero Ser, se vivencia por una constante actitud de ecuanimidad interior, sencilla, sincera, intensa e íntima; no dejándose distraer por lo efímero, por lo exterior, por lo superficial, por lo imaginado, ansiado, temido o supuesto. Vivir se vuelve así más fácil y obvio: no hacen falta grandes riquezas, refinados placeres, atronadores aplausos, deslumbrante y juvenil belleza, espectaculares descubrimientos, ni especiales y aparatosas iluminaciones. Sí, para ser quien se es en esencia y en verdad, no son en absoluto necesarios largos y tediosos cursillos de mejoramiento personal, costosas terapias de volátil consistencia, esforzadas posturas 'descoyuntahuesos', memorizadas escrituras de 'abracadábrica' fórmula, toques mágicos de gurús, ocultismos, ritos exclusivos o reglas de exigente pompa, alineamientos planetarios o combinaciones numerológicas determinadas, ni seguir, ingerir o aprender ciegamente fantásticas panaceas 'arreglalotodo', etc., que dejan los ahorros esquilmados, la salud debilitada y el resto igual que estaba, sino peor.
    Aquí y ahora, la vida se vive hoy, ni ayer ni mañana. No buscando los primeros lugares, no ansiando destacar, compartiendo de corazón a corazón, la paz se siente poderosa. Y, con sencillez inimaginada, todo se revela, espontánea e inmediatamente, sumamente simple a la luz del momento incomparado... Seamos, no siendo suposición, expectativa o lastrada remembranza, sino presencia presente abierta a la vida toda. Por eso, amig@, mantente recogido en el alma. Silenciada la verborrea de la mente, quédate en el anchuroso ámbito de la paz interior y sabrás lo que se ha de hacer para el Bien de todos. Verás el frenesí mundano por encima de las lides egoicas... Consciente... Presente... Sencilla y obviamente, eres, somos, 'no dos' en el infinito e indescriptible instante presente; uno contigo, conmigo, con la totalidad de la existencia. Confía y mora libre en el presente. Sé ahora, y renacerás. Mira aquí, y verás. Escucha aquí y ahora, y oirás 'la música de las esferas', la sinfonía del Amor de DIOS. Pide la Verdad ahora y aquí, y recibirás lo que nunca pudo perderse realmente: la plenitud de Espíritu. Busca siempre lo esencial en el presente, y te encontrarás inmortal, feliz, en comunión. Camina ahora, aquí, siempre, y llegarás al Cielo que en ti se desborda e infinita en Divina Unicidad con la Vida Toda.

KHAAM-EL


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