La vida no está sujeta ni a tiempo ni forma sino estos a ella, vinculados por profundas corrientes de amor que de la vida misma manan.... Por eso, la vida y el amor son imperecederos, y el deterioro y fin de los cuerpos sólo un horizonte. Y un horizonte es una perspectiva no la realidad, únicamente el límite de la vista, y, una vez alcanzado éste, se traspasa sin esfuerzo, quedando atrás sin alterar la esencia viviente que lo franqueó.
Permanezcamos presentes en el presente, humildemente conscientes, y vivenciaremos cómo con espontánea naturalidad se despliega. La Vida no tiene fin en su palpitante infinitud, derramándose caudalosa, despreocupada y plena en la comunión esencial del Espíritu... confiemos y desarrollemos la inmediata conexión con lo Divino, no apresurándonos con los volátiles juicios egoicos e indaguemos en lo esencial, ahora, aquí.
¡Vivamos de veras! ¡Vivamos sin miedo! Las mentes comulgan en una Consciencia Pura allende todo pensamiento limitante u 'horizontado'. Nunca tendrán significado las angustias que el miedo fabrica con su demente e ingrato juicio, ni su ansia febril por conquistar seguridad en lo evanescente estará jamás justificada. Por tanto, amig@, ¡aleluya! ¡Bendiciones! ¡Ama y se feliz!
KHAAM-EL
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